s02e07
Tengo que empezar a decir que soy un privilegiado. Que pasé la semana en temporada alta en la feliz en sus 150 años de nacimiento. El abuelo del famoso artista under, Peralta Ramos, fue su fundador.
El departamento que me prestaron para vivir quedaba enfrente del Gran Hotel Provincial y en la otra cuadra se paraba de frente al mar el famoso Hermitage. Ese que tiene las huellas de las manos en cemento seco de las estrellas que pasaron por la ciudad.
Tengo las mismas manos que Pugliese y que Charly Garcia. Datos, no opinión. Las medí y son perfectamente iguales. Dos pianistas increíbles. No entiendo bien el sistema de dejar esas marcas. Lo imaginé a Charly bajando y poniendo las manos sobre el cemento todavía sin secar. Y no paro de pensar que esa situación no le resultaría para nada agradable. No entiendo igual. ¿Cómo lo hacían? ¿Rompían la vereda cada vez que venía una nueva estrella a la ciudad? ¿Llamaban a un albañil que improvisara una mezcla?. La verdad no me queda del todo claro. En fín.
Me tocaron todos días grises y lluviosos. Salvo el sábado que estuvimos con unos amigos en la Varese y que todavía tengo el recuerdo del sol en el cuero. Disfruté a pesar de los días medio chotos. Yo venía de cagarme de calor en Paraná a casi 40 grados a la sombra, así que estaba en un cumple en Mardel y sus vientos veloces nocturnos.
Conocí Chapa como le dicen a Chapadmalal y visité un museo de Evita. Los hoteles parecían residencias de oficiales del ejército, pero de fondo estaba el mar y sus playas más trancas. Y esos médanos muy lindos. Me metí al mar y vi un lobo marino tirado en la playa descansando mientras un perro lo ladraba.
Me senté a tomar mate sobre una roca enorme mientras leía Dormir del sol de Bioy Casares. Jugué a los fichines, me emocioné mirando al pueblo argentino con conservadoras y cuerpos no hegemónicos yéndose de la playa porque se venía el temporal. Los trenes de la alegría que no paraban de salir. No vi ninguna obra de teatro, pero me saqué una selfie con uno de los lobos marinos de fondo. Y vi como los porteños no pidieron increíblemente otra canción del Leo Mattioli a un animador de fiesta que daba un show gratis en la rambla.
Después vinieron los amigos poetas que participaban en el 16 Festival de poesía de acá. A lo que había ido en realidad. Así que nada, se terminaba la joda y empezaba el laburo. El trabajo de ser poeta. ¿Y en qué consiste más o menos ese trabajo?
Consiste básicamente en hablar todo el tiempo, tomar todo el tiempo, fumar todo el tiempo, seguir comprando escabio todo el tiempo, visitar lugares poéticos como es el mar en este caso, de mañana, tarde y noche. Y después toca leer poesía no más de 10 min.
Es un trabajo. Tengo casi 15 años de experiencia laboral en el rubro. Y creo que no te jubilás de ser poeta. Eso es lo hermoso. ¡Sigue después de la muerte! Además porque no es cansador. Lo que sí, no lo podés hacer todo el tiempo, en re quemante llevar esa vida y no sé si saludable. Son de esas changas que te salen dos o tres por año. Es cuando la teoría del derrame funciona, más que nada, para los secos como yo. Se disfruta mucho. ¡Uno vuelve con el corazón lleno de alegría y el ego por las nubes! Después de esas movidas. Pobres los amigos más cercanos o los amores que tienen que aguantar semejante subidón de autoestima.
Pero se soporta y al final siempre hay recompensa. Reina la buena onda y las carcajadas entre todos. Es un ambiente muy fraternal de eternos abrazos con gente que quizás apenas conoces. Charlas íntimas de madrugadas con personas que quizás vuelvas a ver dentro de cinco o diez años y van a seguir ahí en la misma de siempre. Y no van a cambiar nunca. Eso es genial. O por lo menos yo lo quiero seguir haciendo hasta el final. Y más allá todavía.
Cosas que me quedan por contarles:
Mar del Plata tiene el turismo más homogenio del mundo. Todas las personas son grandes, mucho jubilados, hasta te diría que las parejas jóvenes se pasean de la mano y turistean como si tuvieran miles de años juntos.
En Mar del Plata debe existir la mayoría más grande de Kioscos de diarios y revistas del país. ¡Y todos surtidos además! No es que esas paradas están de vuelta, parecería todo lo contrario. Como si no quisieran rendirse al paso progresista del tiempo. Eso me copó y mucho. Así que si te quedó colgada alguna revista con alguna chuchería coleccionable en la feliz seguro que la conseguís. Obviamente si querés encontrar las cosas a la vieja usanza y no a través de la lupita triste de Galperín.
El nuevo Alfajor de Havanna en conmemoración a los 150 años de la ciudad por excelencia balnearia es simplemente espectacular. La caja de 8 sale 13 mil pesos, pero lo vale. Y de verdad.
¡Tienen buena presión de agua! Los mates se lavan enseguida porque el agua tiene bastante sodio. La yerba mate toma un color verde musgo medio raro. ¡Y se puede vivir tranquilamente sin aire acondicionado porque a la noche refresca como loco!
Creo que hasta acá estuvo bien
nos vimos el próximo miércoles.