Le abro la puerta a mi último paciente. Salgo con él a la calle. Nos despedimos. Voy a Vaporeso a prepararme un mate. Saludo a todos. Me siento en Grido a comer medialunas. Salgo. En una esquina Between Rivers. Me siento frente al robot a mirar el río. Veo la luna aparecer entre las nubes. Drácula. Termino una novela de Nothomb. Malísima. Compro un scon de queso en Gregoria. La Old Usine está desierta. Me siento en el IAAER. Seré breve porque tengo la intuición de que convienen pocas palabras para hablar de lo delicado. Gustavo Fontán escribe eso en una carta. Lo imprimen en el programa del ciclo. Acá reunidos, al calor de la luz. Así se llama el ciclo. Llega Hernán. Llega Monti. Apagan las luces.
Presentan las películas. Publicidad de cine entrerriano. Un corto primero. Por primera vez de Octavio Cortázar. Cuba, 1967, 10 minutos. Blanco & Negro. Guitarras eléctricas. Una comunidad rural que no conoce el cine. Llega el Cine Móvil. Pienso en los Psíquicos Litoraleños en Solari. Los niños no saben qué es el cine. Algunas mujeres tampoco. Algunas se lo imaginan. Llevar el cine a donde no está. Imagino una proyección frente al Centro de Salud Belgrano. Ahí trabaja Esperanza. Hay un muro gigante en frente. Se podría cortar Pronunciamiento. La gente podría llevar sus silletas. Miles de espectadores. Una película al lado del mural de Pichón Sánchez. Otra en el Kilómentro 5 y medio. Otra en Paraná XIV. Otra en Bajada. Otra en Antártida. Otra en Las Rosas. Otra en Santa Lucía. Otra en el PROCREAR. Un cine móvil.
Siguiente película. Le dicen largo. El espíritu de la colmena de Víctor Erice. España, 1973, 94 minutos. Un pueblo perdido de España. Año 1940. Un puñado de flechas pintado en una pared. Falangistas de mierda. Soldados de Salamina, Javier Cercas, España, 2001, 208 páginas, Tusquets. Falangistas de mierda. Un cine móvil muestra Frankenstein. Una mujer envía una carta. Un hombre le tira humo a unas abejas. Unas niñas ven en una película a una niña muerta. Las niñas a la noche en su pieza. Prenden una vela. La más chica le pregunta por la niña muerta. Hablan en susurros. Un espíritu dice la más grande. Tengo un nudo en la garganta. Las camas son como las de mi abuela en el campo. Dormir la siesta con mi abuela. Hablar en susurros. Ella fumaba en la cama.
Todo el tiempo la música es siniestra. Siniestra la guerra civil. Siniestro el franquismo. Esas niñas todo el día solas. Franco me contaba un poema. Liliana Ancalao iba a una cueva a quemar basura. Jugaban al lado del humo negro. Cómo no se murieron. Si la nena más chica se muere me levanto y me voy. Si la niña más chiquita se cae al pozo y se muere me levanto y me voy. Los adultos en otra. Escriben en un cuaderno. Escriben cartas. Queman un sobre con una estampilla de Franco. Una niña se hace la muerta. Matan a un republicano. Es triste. La niña le llevaba comida. El padre la descubre. La niña escapa. Se encuentra con el monstruo de Frankstein. La encuentran. Está medio locata. Se le va a pasar. Al final quiere hablar con el espíritu. No le responde nadie.
Falangistas de mierda le digo a Hernán. Monti dice que a los españoles no les entiende nada. Hernán dice qué buenas locaciones. Hermosa película digo. Hay gente saliendo de la Vieja Usina. Hernán le pregunta a Monti si es de Paraná. Monti dice que es de La Paz. Revoleo los ojos. Caminamos un trecho juntos. Hernán sigue por Corrientes. Monti pregunta si Corrientes se quema. Le digo que sí. Él dobla en el Templo del Libro. Yo sigo por Uruguay. Llego a casa. Como algo rápido. Nos acostamos con Esperanza. Ella me cuenta qué hizo a la tarde. Yo le cuento lo mismo. Le cuento la película. Angá pobres niñas, dejarlas tanto tiempo solas.