El arte de vagar

so2e29

Vagancia. De largo en el paseo, de que todo fluido devenir me lleve tranquilo en el estar al pedo. De ese verbo “to be” que aprendí en la infancia, cuando me mandaban a la Cultural inglesa y yo solo soñaba con jugar a la pelota en el club Peñarol. Ese tiempo verbal que significa ser y estar.

Soy un vago y no me gusta moverme. Me pone muy feliz tener varias horas por delante sin ningún tipo de responsabilidad. Estar, me gusta ser. Vago del latín “vacuus”, que significa vacío y desocupado. Impreciso, indeterminado, carente de contenido, con una definición de la vida poco clara. De hacer lo justo y necesario, no más. De ser imperiosamente improductivo y, además, consciente y decidido a entregarme a esa religión. Un devoto de la ociosidad.

Venir de otro mundo, de conformarse con poco, de abandonar, de decir “¿para qué?”, “naaa”, “mejor no”. Sería una zoncera espeluznante ser mi propio jefe. ¿Cómo hago para mandarme a mí mismo? Mi viaje a Europa es estar tirado en la cama leyendo y, cada tanto, mirar por la ventana. Alguien que aprendió instintivamente que salir demasiado de casa es un atentado hacia la sabiduría. Tampoco me interesa la naturaleza, no necesito un río ancho para verme a mí mismo, ni encontrarme. Básicamente, un ermitaño, que deambula por una pieza y contempla la montaña de ropa despelotada sobre una silla como un hecho novelístico y extraordinario.

Moverse lo menos posible, como un vuelto,  hasta el límite de no joder demasiado a nadie y de no disminuir la masa muscular para seguir saludable. Mantenerse bien físicamente para continuar en la flojera eterna. Sé que producimos igual aunque no queramos, respirar es una actividad que el sistema utiliza para seguir con su explotación. Lo que me interesa es disfrutar, robandole tiempo a la obligación. Encontrar bellos placeres baratos, nada demasiado tenso ni desesperado.

Yo no estoy encontra del sistema con esa postura idiotamente púber. El sistema nació ganador. Yo solo quiero ser un derrotado más con un poco de humor. Uno que a veces no se comide, alguien que prefiere ser educado y ceder el movimiento al otro. Dejar de ofrecer tanta resistencia al pedo. Lo necesario es vivir huyendo de batalla en batalla. Y ponerse pillo. Cepillo.

Una vez una chica me dijo que era muy inseguro cuando notó que casi siempre se me caían las cosas de las manos y que nunca tomaba la iniciativa de pedir primero el menú, ni elegir el lugar donde ir a masticarlo.

Tomé las decisiones necesarias en la vida para traspasar los cuarenta así, seguir en la misma. Trabajar blando para mantenerse sólido. Me pago mis propios caprichos y no le hago mal a nadie. Para eso trabajo y no vivo a nadie de arriba. Vivo eternamente en un soliloquio dantesco, arrastro mis pasos lentos por las calles desmembradas.

A veces hasta me maravilla ver un comprobante de posnet tirado en el piso. Siempre miro para abajo, salvo cuando levanto la vista y miro una linda chica envuelta en una bufanda. No le pido demasiado al universo, más que la majestuosidad de los rayos parlantes del sol en la vereda.

Vago del latín “vagus”, que significa errante, que toma mate sin rumbo fijo o de alguien inconstante que cambia de opinión e interés fácilmente. Que tiene un compromiso muy fuerte con la derrota. Que entendió que el éxito es una excepción y que, encima, ni siquiera tal vez llegue a la excepción y que va a estar todo bien igual. Alguien que se siente tranquilo con como es. Que dirigió con una varita el camino orquestal hacia la vagancia, para que suene bien, tenga magia y sea armónico. Si tengo algún desliz hacia la creatividad, desarrollo o la productividad, sé muy bien que solo es un empujón necesario para continuar siendo un perezoso, y que no me tengo que ilusionar. El arte es la excusa para llegar a lo tunante.

Aunque la nada empíricamente no exista, tampoco el vacío, siempre hay algo, átomos, comprobado, yo insisto cabezonamente con la inacción.

Y no hay ninguna rigurosa ni fundamental justificación anticapitalista o intelectual en mi pobre desarrollismo individual. Simplemente nací así y tampoco sé si es un poder.

Creo que hasta acá estuvo bien, nos vemos el próximo miércoles.