Balance Collage Argentino

Balance final 2023

S01E37

Toca balancear el año. Pesarlo a ver qué onda. Los balances me dan a esas historias de ig de: foto de viaje para un 2024 por más viajes. O foto con un gatito o vas a tener una vida menos en los próximos días. Esas situaciones que te arrinconan y vos decís, che esto es una boludez, ¿pero, si es verdad? Ya fue lo hago, total es un toque. Sumado a que soy un metódico insufrible y cabulero nivel Dios.

Por dónde arrancar. Un año inolvidable. De optimista tengo lo mismo que de pesimista. Géminis style. Así que no puedo llegar a definir algo que ya voy caminando dando la vuelta hasta la antítesis de la afirmación que acabo de decir. Mi mente funciona así, no puedo ser de otra manera. Onda oxímoron. Yin yang. Leí de muy joven a Lao-Tse y me pareció fascinante no entender nada, en el sentido de no sacar ninguna conclusión o moraleja. Que correr es quedarse quieto a la vez, que el camino no tiene ningún trayecto. Que lo bueno es malo. Que la luz es sombra. Que el amor es odio. Que la soledad es compañía, así puedo seguir hasta el infinito. “Cuando hay mucho ruido sólo significa que el silencio está lejos”, esto me lo dijo Marcia hace muchísimos años cuando intenté estudiar letras (2005). Y así vivo y así escribo.

Nietzscheanamente pensando estoy full arriba de la montaña como Zaratustra y todavía no bajé a la city a predicar mis verdades, aunque labure en Farmacity ocho horas por día con un franco semanal.

Tengo trabajo y salud, y que nunca me falte, a cruzar los dedos . Sería un desagradecido si diría lo contrario. Pero vivo en una sociedad que no esta pasando por un buen momento y los logros personales que uno pueda llegar a tener se van al tacho de la basura cuando veo a una persona revolviendo justamente un tacho de basura. Me siento una mierda. Esa culpa progre o cristiana o qué se yo qué mierda es. Entonces como dijo Juan Perón “cuando nos toca enriquecernos nos enriqueceremos todos y cuando nos toque empobrecernos, nos empobreceremos todos”. La doctrina del movimiento más hermoso del mundo, el peronismo, que nos centrifuga en el programa de lavado automático “nos salvamos todos o no se salva nadie”. Por eso siempre en la crisis se gasta y en la prosperidad se ahorra.

Amor. Suspiro. Mejor paso de largo a este temita. Escribí no seas cagón, Julián. Nada, piola. Hubo unos cimbronazos casi llegando al final del año pero por mandado e intenso no más que soy. Solito no más me enredo. Nada grave. La vida sigue. Como con un presidente impresentable y motoquero que nos gobierna, la vida sigue. Y never arrepentirse y levantarse y seguir que la vida sigue. A pesar de todo. A pesar de Milei. A militar y a estar más fuerte que nunca porque nos necesitamos acompañados para la guerra que se nos viene como pueblo contra el avance de la ultraderecha.

Es tiempo de ser inteligentes. Y que todo lo que nos pase nos sirva de experiencia, diría mi vieja. Uno nunca puede sacarse de la cabeza ciertas voces, ¿no?

Ivana, una compañera de trabajo, hace unos días me mostró una cadenita de plata que tenía grabada una frase. Y me dice, vos que sos poeta, decime qué pensás de esto que dice acá. La línea grabada es horripilante, pero no se lo puedo decir: el corazón es un GPS que nos guía. Había más personas presentes que esperaban con ansia mi respuesta. Me sale decirles como romántico que soy, ontológicamente (no dije eso) hablando siempre voy a estar del lado de los sentimientos aunque me rompa entero. Todos dijeron, wuuuaaaauuuuu. Pero a continuación me sale decirles que, duele y duele mucho ser un romántico. Pero es hermosa la lírica. Cómo uno no va a querer tener lírica en la vida. No entiendo. Es hermoso el amor y nunca se termina aunque termine.

Y no soy el único sino miren a Big Apple en GH:

Deporte. No sé nada de fútbol, soy bostero. No ganamos nada este año pero le ganamos al macrismo que es un montón. Gracias al último romántico. Guía espiritual, loco líder, matero viejo: Juan Román Riquelme.

Política, medio que ya escribí. Se nos viene una re densa y vienen por nosotros, los trabajadores, los cabecitas negras, los grasitas de Eva, los descamisados, los humildes. Vienen por nosotros y no les tiembla el pulso a ellos cuando vienen por nosotros. Así que va a tocar resistir y para resistir hay que ser estratega y estar sanos. A no evadirse y a no comerse ningún espejito de color. La lucha contra el liberalismo no termina nunca. Hay que estar más unidos que nunca, pero dejemos que lo diga el Pocho mejor:

¡Recuerden, trabajadores! ¡Únanse! ¡Sean hoy más hermanos que nunca! ¡Sobre la hermandad de los que trabajan ha de levantarse en esta hermosa Patria la unidad de todos los argentinos!

Con este episodio termina la temporada 1 de este Diario de miércoles. Nos vemos el año que viene con la temporada 2. ¡Que sean muy felices!

Creo que hasta acá estuvo bien
nos vimos el próximo miercoles.