La noticia ya se conoce: en la placita de Gobernador Etchevehere, una comuna del distrito Sauce, Diego Sánchez hizo esculturas de Messi, Dibu Martínez y Scaloni. Las imágenes se hicieron virales y llegaron a los medios provinciales y nacionales, las comentaron streamers y explotaron en twitter.
Entonces el pequeño pueblo del departamento Paraná se transformó en un destino turístico. Una familia viajó desde Mar del Plata para sacarse una foto con las esculturas y estudiantes de Santa Fe viajaron para estudiarlas. Dicen en la comuna que en los primeros días fue tanta la repercusión que desfilaba gente desde las 6 de la mañana.
En el Facebook de Sánchez y su equipo, Infinity Art, hay de todo: esculturas de dinosaurios, caballos, vacas y gauchos, personajes religiosos, históricos, soldados de Malvinas, dibujos animados, una familia alemana. Son obras hechas a pedido en espacios verdes y edificios públicos de pequeñas comunas entrerrianas, en el corazón de poblaciones que no superan los mil habitantes.
“Hicimos caricaturas, no realismo ni algo impreso en 3D. Buscamos personajes que nos dieron mucha alegría y quisimos captar eso”, dice Sánchez a Mal por audio de whatsapp; y explica que las obras se hacen en un solo bloque de cemento que hay que tallar antes de que se seque: “En dos horas y con un cuchillo”.
Sánchez, que estudió Artes Visuales en Paraná, donde nació y creció hasta mudarse a Bovril, dice que las críticas “existen siempre, porque hay gente que no hace nada y tiene mucho odio, pero no podés vivir con eso, porque no vivís. A mí no me afectan, duermo excelente. Si con tres pedazos de cemento generamos esto, hubiéramos hecho cinco o seis”.
Y después: “Hay compañeros galeristas que están años y años para tener algo de repercusión. Marta Minujín hizo un obelisco acostado y a mucha gente le encanta y otra dice que está mal, que así no es. ¿Qué es el arte? Es lo que es. Un abismo”. Y entonces Mal se pregunta, ¿qué es lo que está mal o bien en este mundo raro y hermoso, en esta provincia increíble?
“El arte es un pozo ciego, una pileta donde te tirás y a veces hay agua y otras veces no. Yo estoy feliz, los chicos vienen contentos y se sacan fotos, y las nuestras son hoy las esculturas más famosas de la provincia”, dice Sánchez. Y en su Facebook le llueven pedidos: un Mickey en un banco de plaza de barrio, un personaje con delantal en una panadería, un Gardel, jirafas de 2 mts y medio, don Ramón y un burro para un pesebre tamaño real.