Gaudio vs Coria: el partido de tenis de todos los tiempos

Quiero compartirles una historia, una palabras sobre un partido de tenis. Y sobre una época, un país, una Nación.

En el año 2004 Guillermo Mago Coria y Gastón Gato Gaudio jugaron la final de Roland Garrós. Algo plenamente aesthetic. Un delirio que haya pasado algo así. La Catedral del polvo de ladrillo.

El partido, en Francia. En Argentina gobernaba ese 2004 Néstor Carlos Kirchner. Los cinco presidentes en una semana todavía retumbaban en el cuerpo social celeste y blanco. Duhalde recién había dejado su presidencia. Los asesinatos de Kosteki y Santillán y la tapa infame de Clarín.

Gaudio y Coria. Dos argentinos hasta el carajo. Coria y Gaudio. Esa final de junio del 2004 la vi con mi papá. Mi papá amaba el tenis. Era feliz viendo cómo dos tipos o dos mujeres le pegaban a la pelotita amarilla fosforescente.

Vimos esa final legendaria en un tele de 20 pulgadas. El otoño entrerriano, el otoño de La Paz. Qué belleza el mundo a veces. La final era temprano en la primavera del hemisferio norte. Nos levantamos y desayunamos; él mate cosido con tostadas y yo té con tostadas.

Sabíamos que podía ser una batalla maratónica. Más de tres horas de show, más de tres horas de espectáculo de dos veinteañeros que se llevaban peor que Don Ramón y el Señor Barriga.

Dicen que el partido tuvo récord de rating en la historia de los partidos de tenis en la televisión argentina. Algo así como 24 puntos en TyC y otros 24 en América. Glorioso.

No sé por qué me vuelve loco ese partido. Podría hablar mil horas seguidas ¿Será porque mi papá ya no está más y acordarme seguido de esa final hace que yo esté un rato más con él?

Gaudio terminó siendo el campeón después de pelear contra su psicología y contra el talento de Coria. Dos para Coria ganados pero los tres sets de Gaudio remontaron con épica la tensa final. 

Cada espectador podía sentir la tensión rabiosa de esos dos deportistas de élite, integrantes de la generación dorada del tenis argentino, hijos de Vilas.

Otro condimento increíble: el mismo Guillermo Vilas entregó la copa que besó y levantó Gato Gaudio.

Dicen que fue el partido más importante de la historia del tenis argentino. Incluso sobre cualquier match de Copa Davis jugado por Argentina. Algo así como la final de la Copa Libertadores ganada por River vs Boca en el 2018, porque el camino a la gran final tanto de Gaudio como River fue soñado: victoria versus Cañas, Novak, Enqvist, Andreev, Hewitt, Nalbandian y la gran final contra Coria.

«La victoria pertenece al más perseverante», puede leerse en letras naranjas en el court principal de Rolanga. Dicen que la dijo Napoleón. 

Es tremendo el espectáculo de dos tenistas de élite luchando contra su propia mente durante cuatro o cinco horas. Como casi en ningún otro deporte, los espectadores incluso sufrimos con ellos los vaivenes de cada batalla tenística.

Los libros del deporte argentino tienen este capítulo sublime para contar por los siglos que vendrán.

¿Cuántos jugadores de esa generación dorada raquetearon a full el deseo de ganar Roland Garrós? Nalbandian. Puerta. Zabaleta. Cañas. Coria. Calleri. Chela.

Y acaso haya sido el más inesperado el único de ellos que sabe cuánto pesa el trofeo: Gastón Gaudio.