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Crisis y belleza, el nuevo libro de Matías Heer

Una intro

Sábado leo el nuevo libro de Matías Heer, “Crisis y belleza”, que acaba de editar Monti con su nuevo sello, Nutrias espaciales. Le mando un WhatsApp a Mati diciéndole que mañana, hoy domingo cuando lean ustedes, voy a subir unos poemas a Mal. Le escribo y no me contesta, y me pongo ansioso como siempre cuando leo poemas que me matan. Esa palabrita que se puso de moda para exaltar la emoción cuando algo naturalmente nos resulta agradable.

Me imagino a un lector de veinte años leyendo este libro y queriéndolo copiar. Es uno de esos libros con los que me topé a los veinte y me daban ganas de escribir más que de leer. Cuando uno se vuelve más grande, se abandona más a la lectura. Llego al poema “Tratado de Panamá” y le vuelvo a escribir diciéndole que es un HDP, que no puede escribir así, que no puede decir este tipo de cosas: “Me lastimo, sí, pero todo puede perdonarse cuando al ego lo entendemos como una excusa para comunicarnos. El perdón está más allá del ego”.

Y no me dan ganas de seguir leyendo más. Me pasa cuando leo un poema que enderza lo bello y me hace creer felizmente en el porvenir, lo que el Indio llama “el día en tu corazón”. Y No quiero que otro poema lo arruine, aunque Mati no me defrauda nunca, tiene magia, nació con eso, pero igual no quiero seguir. Yo no tengo la verdad todavía. Aún no leí “La vida es real solo cuando soy yo”, de George Gurdjieff. Le quiero preguntar al Mati si lo leyó, siempre me recomienda altos libros, a veces se equivoca, y me copa chicanearlo. Decirle que uno es mejor que otro, él me tira la frase de que yo pienso la literatura como si fuera una carrera de caballos, y tiene razón. Existe poesía buena y poesía mala, parafraseo a Calveyra, estos poemas de Crisis y belleza, sin duda alguna pertenecen al grupo de los primeros.

Julián Bejarano

Poemas

Miro poco

Miro un pixel en la pantalla y miro porno,

miro un destello en la ventana y miro porno,

miro un destello en la ventana de la vecina y miro porno,

miro un destello en la ventana del pixel de la pantalla de la vecina

y miro porno, miro la parabólica y miro porno,

miro el punto alto y rojo de la antena y miro porno,

miro la estrella, la otra estrella, cada hombre y cada mujer

y cada trans una estrella, miro las luces

entre las estrellas y miro porno, conceptualizo

a Sagitario y miro porno: no estamos en diciembre,

tampoco en noviembre, aparentemente es septiembre

mes de brisas y primaveras secas, donde ya

no hay semblanzas a los jacarandaes y a otros árboles

de los que el nombre es apenas una fisura retórica,

septiembre seco y miro porno, porno, porno.

En la galaxia se alinea Plutón y bueno, buena suerte,

miro porno y el pixel de Plutón en la pantalla de la vecina

sobre el destello de su ventana y miro porno,

miro poco, pegote, culos y larvas, larvas y picos,

hay una guacamaya en la imaginación de esa palmera enana

y yo miro porno, poco, porno, mucho pucho.

GSI

Tomo una pastillita, tomo otra pastillita,

tomo otra pastillita, tomo 

una pastillita, a la mañana pastilla,

tomo otra el lunes, martes, miércoles

jueves, viernes, sábado, domingo 

tomo una tras otra pastillita,

tomo una pastillita en tu casa, la perra

boca arriba en la cama, los gatos 

entre las sábanas, la mochila, la ropa, la fiesta

tirada en el sillón donde nadie se sienta,

los pelos de los gatos, de la perra,

hay pelo en la pastillita y me tomo el pelo,

tomo una pastillita, tomo otra pastillita,

en mi casa con el sol de las siete de la mañana

que palmea el polvo, esa luz que me gusta

la del sol pastillero, tomo una pastillita, otra

sin pelos esta vez, no me atraganto, sigo,

la primera la tomé en el depósito,

el vaso a medio llenar, Tomi me sacó una foto

mientras yo tomaba la pastillita tallada

9983 GSI y que las primeras veces leí

como GPS, pastillita GPS, tiene un GPS que me localiza,

me localiza frente al prejuicio y ahí estoy yo

localizado frente al prejuicio de las pastillitas,

la pastillita, la pastillita, tomo una tras otra,

y lo digo o no lo digo, lo digo o no lo digo,

no lo digo, mejor no lo digo, bueno sí, lo digo,

ay pero no, no lo digo, lo digo no diciéndolo,

no soy, no soy, no soy víctima de pastillitas,

soy un pastillero, un pastillero con los días de la semana

grabados en mi cuerpo, un pastillero

con los días de la semana grabados en el plástico de mi cuerpo,

y también soy la pastilla del pastillero,

una que tenés que chupar,

chupar lento chupar, no de esas que tragás de una,

o la mordés y se quiebra, una

que chupás lento y chupás, se disuelve en la boca,

se te pega un poco entre los dientes, en las manos

un poco de pegote, soy una pastillita 

pegajosa que te hace sonreír,

y así soy un negativo lleno de pastillitas,

sé que pasan los días porque los voy viendo vacíos en el pastillero,

el tiempo en mí progresa como una pastillita tras otra,

haceme un camino de pastillitas hasta tu piel

y ahí dejame quedarme un ratito, no pido mucho,

sí, soy pegajosa pero me lavo fácil, 

tanta bijou en cadáver sin pastillitas

y yo acá repitiéndome, todos los días,

una pastillita tras otra y a veces polvos

de las apps, con las bestias, los brillitos

de una pastillita tras otra

y la que venga después de la que venga,

entre pastillita y pastillita hay una noche

con vos y un amanecer y el sol que palmea

el polvo con su luz que nos empastilla

y el chirrido del carrito mal engrasado de la guardia

parece el canto de los pájaros

pastillita pastillita pastillita

ese pegote que ahora soy 

en la pastillita de tu pupila.

Uh

Hay huracán. No hay luz. Hay un cien por ciento de probabilidades de que en cualquier vaso de agua que tomes al menos una molécula de agua haya pasado por el cuerpo de un dinosaurio. El cincuenta por ciento del ADN humano se asemeja al de una banana. Plutón aún no completa una revolución alrededor del sol desde el momento en que el humano tuvo conciencia de dicho planeta. Un día en Venus dura más de un año en Venus. Las trayectorias actuales de la basura espacial representan elipses complejas. Cleopatra vivió más cerca del tiempo de los aterrizajes a la luna y la internet que de la construcción de las pirámides. Neil Armstrong, ponderado masón, tuvo que firmar unos papeles de inmigración cuando regresó a los Estados Unidos desde la Luna. El francés fue el idioma oficial de Inglaterra durante 600 años. Cada dos minutos tomamos más fotos que toda la humanidad durante el siglo XX. Si pudiéramos escuchar ruidos a menos de 20 Hz podríamos escuchar a nuestros músculos contraerse.

Tratado de Panamá

Mañana de lluvia en la isla, lo gris afecta al verde.

Las aves, chispas. Los departamentos caros vistos

por la ventana del comedor donde sorbo,

desde este espacio rentado al chino Sam,

un café de Chiriquí, donde tiempos ha

que estancian potentados panameños.

Me tiembla un romance y la frontera está complicada.

Se fue de voluntaria en un barco hasta Cartagena.

La extraño, ayer dormí entre la ropa sucia que dejó,

la quería oler pero tenía la nariz tapada.

Aún sigo resfriado y eso tara el recuerdo de sus olores.

Me lastimó, sí, pero todo puede perdonarse

cuando al ego lo entendemos como una excusa

para comunicarnos. El perdón está más allá

del ego. Puedo perdonar también

los departamentos caros en frente mío

en vez de juzgarlos como mejores condiciones

de vida y desarrollo. Ellos no tienen en mente mis poemas,

yo no tengo en mente sus salarios.