En la mesa de mi comedor hay dos tazas blancas de una cerámica gruesa, resistente. En lo que sería el centro del pocillo está impreso el logo que la Municipalidad de Colón utiliza para promocionarse como destino, en colores rojo y amarillo. Una de las Ó del logo es un sol: COL☀N. Abajo en un verde musgo dice “ENTRE RÍOS”. Todo en estilo paint PC década 90. Es probable que ese logo haya sido creado hace más de 30 años y todavía se mantiene sin modificaciones.
Una ciudad de provincia (2017), documental de Rodrigo Moreno, retrata a sus vecinos en el día a día de vivir en Colón, moviéndose por sus calles durante los momentos del año de poca o nula intensidad turística.
Entre algunas escenas, dos amigas chusmean mientras andan cada una en su moto (¡sublime!) en la larga avenida de la costanera; también las vemos atender un local de artesanías sobre la calle principal. Un equipo de rugby entrena en una cancha de la periferia. Municipales entran y salen de las oficinas en un día laboral, en otra escena gloriosa al estilo Varda o Godard. Adolescentes divirtiéndose en el boliche. La película es una especie de descripción alternativa de Colón, sin turistas, con sus habitantes de siempre protagonizando una obra impresionista e inolvidable.
Pero ir a Colón viene con algunas yapas: El Parque Nacional El Palmar. A media hora por la autovía de la Ruta Nacional 14, miles y miles de palmeras yatay, un paisaje impactante como un documental de Herzog. Palmeras sobre fondo azul, palmeras sobre fondo púrpura, palmeras sobre fondo negro. Carpinchos, loros, caranchos, patos, lagartos overo, cardenales, vizcachas, río Uruguay, senderos, tajamares, arroyos, montes, playas, camping, carpas, sánguches de milanesa, tereré, latas de cerveza, salame, queso, pan casero, fernet, mates, silencio, luz, oscuridad, vía láctea.
Cuando iba a la escuela en La Paz tuvimos que hacer un trabajo práctico sobre algún lugar turístico de la provincia. Sin dudarlo, elegí El Palmar.
Otro confite turísticos cercanos es el famoso Pueblo Liebig y su antiguo frigorífico de carnes conservadas en una icónica y mítica lata en increíble formato trapecio. Comida que sirvió para alimentar a soldados de la Primera y Segunda Guerra Mundial.
Cinco días en Colón es una nouvelle de Pauline Fondevila, editada por Iván Rosado en 2018. Alguien que viene desde Europa a Rosario decide cambiar la fecha de su pasaje de vuelta en avión para ir a pasar unos días a la ciudad del Este entrerriano. Es una historia breve del andar un poco errático por la ciudad de la voz narradora, caminando las calles, yendo a mojarse las patas en la playa en invierno, pensando, acompañada de un perro, pensando, escribiendo, investigando la vida de un pintor, pensando cosas. En algún momento de esos cinco días, a la protagonista se le ocurre la idea de abandonar todo para quedarse a vivir en Colón.