S01E08
En la semana vi la serie que estrenó Star+, Diciembre 2001. Soy muy fan de todo lo que es cine nacional así que decidí darle play. Basada en el libro de Miguel Bonasso, El palacio y la calle. No la comenté mucho entre amigos por whatsapp porque apenas insinué que la estaba viendo, ya me la empezaron a tirar abajo, así que eso me impulsó aún más a mirarla.
Acá no hay spoiler porque es un hecho que ocurrió en nuestro país hace más de veinte años. Al menos que hayas nacido ese año o posterior. Las actuaciones que por ser un fan mi objetividad no es tan esclarecedora y la verdad nunca sé si están buenas o no, porque me pierdo en la historia y me dejo atrapar por los personajes. Vuelve Diosito (Nicolás Furtado) como asesor de Eduardo Duhalde.
Hay ciertos datos que no conocía y que estuvieron bueno saberlos. Como el de Chacho Álvarez quiso volver al gobierno después de haber renunciado. Y que fue él quien trajo de vuelta a Cavallo para lograr una transición lo menos desastrosa posible hacia el fin de la convertibilidad.
La serie une la calle con el palacio a través de la relación madre e hijo entre Javier Cach (Diego Cremonesi) asesor de la jefatura de gabinete y su madre una médica de hospital público, que durante toda la serie le pide consejos económicos de qué hacer con sus ahorros, mientras que le cuenta que casi todos sus compañeros de trabajo van pasándose a la moneda norteamericana y que termina con un desenlace triste casi al final de la serie.
A Duhalde y su particular movimiento de boca lo muestran como el gran estratega de toda la situación, que con su presencia en una reunión o un llamado de su celular con tapita determina cuestiones claves para el desarrollo de la historia, luego de haber sido el gran ganador de las votaciones de medio término en 2001. Y el que finalmente termina como presidente después de la debacle.
Un Domingo Cavallo creyéndose Dios y que piensa que todo lo que se arregla con plata sale barato. Lo cual la historia de la gente con su presencia en las calles fue la encargada de pulverizar esa estúpida sentencia. Las torres gemelas que ven todos como caen por televisores de tubos y con ellas las esperanzas de que el fondo gire de una vez por todas esos benditos dólares con los que calmar a la gente. Qué cierta esa frase tan argentina de que si uno mira lo que sucedió ayer los dramas parecen vertiginosos pero si uno mira veinte años para atrás la Argentina tiene los mismos problemas de siempre.
Diciembre 2001 nos muestra que no todo terminó con la renuncia de De la Rúa sino que eso proporcionó una tremenda rosca entre la misma oposición que estaba por asumir. Cómo le sueltan la mano después a Rodríguez Saá porque se cortó solo y se quiso hacer el Perón, como después le recrimina Carlos Ruckauf.
Mientras avanzaba la serie me iba preguntando a mí mismo ¿así se maneja un país? y yo que me preocupo al pedo a veces cuando hago algo mal en mi trabajo. Intrigas de pasillo palaciego, pujas de poder, apoyos que se esfumaban en el aire, total desconcierto en el medio del caos, como cuando se lo ve a un De la Rúa totalmente empastado yéndose a dormir la noche del diecinueve, todo ese conjunto de despilfarro hizo lo que pasó finalmente. Un país tirado en el piso fundido entre el humo de la represión y la muerte, al que le costó muchos años poder levantarse.
Celebro la producción porque siempre soñé con una serie que cuente la historia de la política argentina. Que arranque con el pronunciamiento del Pro Hombre Urquiza en la plaza de Concepción en 1851 y que siga con el recibimiento, alfombra roja incluida, al presidente unitario Sarmiento, que después le costó la vida a Justo José, cuando lo finiquitan en el palacio la gente de López Jordán al grito de traidor. Una saga de toda la historia de la política nacional más allá de las actuaciones. Sería increíble. Tendrían que estar basado en los cinco tomos de Revolución y contrarrevolución del Jorge Abelardo Ramos.
Hasta acá llego con diciembre de 2001 ahora Junio de 2023.
Un sketch que armaron los de C5N y que se viraliza por las redes.
Juntaron a Wado de Pedro con el actor Esteban Lamothe. Yo entiendo que quizás quieran atraer el público de las redes, que la cara de Wado al menos la conozca más gente del llano. También respeto a Lamothe y su sensibilidad que presenta hacia las artes, cada vez que se copa con difundir un librito de poesía. Pero me genera un desasosiego tremendo que el peronismo no tenga rumbo, a días del armado de las listas.
¿Lo único que tenemos para transmitirle a nuestra gente es el parecido de Esteban con De Pedro?
El oficialismo quizás no puede hablar de política y recurrir a este tipo contenido quizás ayude para atraer votantes o a no espantar fieles, es lo único que se me ocurre pensar para comprender este desazón. Al final no estamos tan lejos de Larreta con su banalidad de considerarse un swiftie y la fastasmiada de dejar de seguir la cuenta del París para empezar a seguir a la de Miami después de lo de Messi.
Pero bueno así estamos…. Junio de 2023
Hasta el próximo miércoles.