Uno
Yo no puedo terminar novelas por eso no les saco foto y las subo. Son larguísimas y si leo una la abandono porque viene otra menos peor o mayor mejor. Y con todas las que vengo arrastrando armo un gran libro que nadie leyó más que yo.
Yo leía cuentos para dormirme y ayer me pasó que estaba leyendo otra novela y me quedé dormida. Eso no pasa con la poesía.
Se que tengo anemia y eso influye, pero con la poesía no pasa.
La poesía da gusto escucharla y leerla o no? Como a mi vecino autista que siempre repetía la misma frase, por años, y era bellísima, te la aprendías y sabías que Mariano estaba recitando por ahí como una rana enojada y muchas otras cosas mezcladas.
Él se decía así mismo en voz alta: “Mariano, por qué mejor no hablamos más tarde?” Y del paladar con gracia le vibraba cierta voz.
Dos
Yo no acepto mi cuerpo como es, desearía que las cirugías plásticas fueran pagas por el Estado. Es simplemente injusto hacer un esfuerzo diario por cambiar la apariencia, en esta economía. Y nunca es suficiente. Ni para uno ni para los demás. Dejaría que lo hicieran gratis cirujanos y verme como las chicas blancas en todos los eventos a los que voy. Que su ropa les queda como embocar un aro en una kermés. Les queda como una vieja publicidad de medias de nylon. Estoy acá afuera comiendo saludable mientras todos los demás desactivan sus neuronas con droga para equinos. Que injusto. Yo voy a vivir por siempre y ustedes unos dos o tres días creyéndose un ángel bíblico. Los envidio en la peor de las maneras.
*Caterina Scicchitano nació en Mar del Plata en 1992. Publicó los libros de poesía: Be a body (editorial Gigante, 2014) y Limonada (Eloísa Cartonera, 2017), Chaco Mecánico (Nebliplateada, 2019) y Ni Europa Ni Nueva York (Mansalva, 2021).