El apocalipsis de 1995

Unas semanas antes de que la pesadilla que estamos viviendo se vuelva real, vi el documental Esquirlas de Natalia Garayalde. Casualidad o no, la narración retrata un episodio aberrante de la década neoliberal de los 90 en Argentina.

La película estrenada en el 2020, y que ganó varios premios en festivales, es una obra maestra y se puede ver Cine Ar. 

Mientras una familia de Río Tercero, Córdoba, usaba una filmadora amateur para retratar momentos cotidianos, explotó -no hay spoilers- la Fábrica Militar de esa ciudad. Los misiles volando por el cielo y cayendo en tierra mataron a siete personas, hirieron a cientos y destruyeron miles de casas de la ciudad cordobesa. El drama documental transcurre mayormente en noviembre de 1995 y un poco más. 

En un momento de la historia aparece Carlos Menem, presidente durante la tragedia: baja de un helicóptero y acompañado de otro muñeco da una conferencia de prensa buscando explicar que no fue un acto intencional. 

—Se trata de un accidente y no de un atentado. Ustedes tienen la obligación de difundir esas palabras —dice Menem ante los flashes fotográficos y el barullo de los periodistas. Sacala del ángulo HBO. 

Pasaron varios años y la Justicia comprobó que todo fue intencional, condenó a sus autores y vinculó el atentado con la venta ilegal de armas a Croacia y Ecuador.

Las imágenes que vemos en el documental fueron íntegramente hechas con una camarita amateur que, hasta el día de los misiles cayendo por todos lados, era utilizada para retratar la intimidad de la familia de la directora: festejos de año nuevo, comidas familiares, ensayos con un órgano, retratos de hermanas, hermanos, padres, abuelos, vecinos, un conejo en el jardín, bailes, juegos en el patio de la casa, el río, actos escolares. Con esta voz en off empieza el glorioso documental: “Cuando tenía diez años mi papá compró una Sony 8 milímetros ‘para guardar los recuerdos familiares’, dijo”.

Me acuerdo que en ese año 95, mientras la televisión daba la noticia de las explosiones, mirábamos desde mi casa de La Paz las imágenes de los canales en un Philco 20 pulgadas y no podíamos entender nada de lo espantoso que era todo. 

Una escena del documental (impactante y estremecedora) muestra lo horrífico de las explosiones mientras transcurrían y lo que vivieron esos meses del 95 en una Río Tercero apocalíptica. Me intriga saber si habrá alguna novela o cuento ambientado durante esos episodios, que tienen que haber dejado daños en la salud mental de los vecinos de la ciudad durante muchísimo tiempo.