Nos encontramos en un punto del tiempo en franco descenso. Si salís a dar una vuelta, se puede respirar el cansancio y aburrimiento acumulado en la ciudad. En términos de espacio, no entra un problema más; eso dicen. Mientras escucho lo último de los Faunos considero las posibilidades reales de una tercera guerra mundial. Hace poco cumplí 30 años, así que recibo la novedad de la banda en el ingreso a “la flor de la vida”.
Las canciones señalan los contrastes que nos rodean (la vibración muerta de la ciudad/los kioscos abiertos que me hicieron sonreír y soñar), están orientadas a quienes saben de antemano que lo suyo probablemente no llegue pero que sin embargo tiene sentido continuar aferrado. Mientras sigo el recorrido me identifico plenamente con lo que comentan las letras, que no es otra cosa que el devenir de los días, indicando, al menos en mi caso, que es imposible separar demasiado el yo y la historia, la música y la existencia. Gato entra a cantar: este año voy a llevar un diario/para que todo lo que hago no quede en la nada/dejar de vivir como si el mundo terminara mañana/promesa feliz. Por eso, además de lo que dicen, es lo que inspiran: una especie de conciencia volcada a la acción. Poniendo por escrito lo que pasa cuando voy caminando, pienso que existe un futuro: este será el año en que avance hacia el final de mis estudios y continúe otros planes afines a búsquedas múltiples.
En momentos así, si hay algo que nos puede llenar de valor y esperanzas son esta clase de gestos hechos con la confianza absoluta de utilizar lo más valioso en un clima hostil para desperdiciarlo. Desde el fin del verano venimos impulsando un proyecto editorial con un amigo. Hasta la fecha se publicaron ocho libros, evaluamos su presentación en sociedad y redactamos un documento en el que pensamos la importancia e inutilidad de la propuesta en el marco de nuestra ciudad. Si todo terminase hoy, el trabajo evidencia el valor de la obra por sobre la cantidad de tiempo transcurrido hasta aquí.
El disco, entonces, me acompaña de la manera más hermosa posible, dispara reflexiones, es motivo de charla, tiende un puente sólido entre la banda y mi vida, y yo comprendo con mayor claridad dónde me encuentro, quienes me acompañan, qué camino debo seguir.
Antes de enviar el texto, se conoce la ilustración que hace de portada de Vandalismo Comparado, lo nuevo de 107 Faunos. La imagen, al igual que dicho título, desconcierta por su aura extraño y transmite un clima de hit clásico instantáneo. Este conjunto de canciones tiene una cualidad doblemente potente: música que ilumina, letras que intrigan. En el mejor sentido, cuestionan a la vez que elevan.