¡Atención, almas sensibles! 💔 ¿Alguna vez han sentido esa punzada en el pecho, ese nudo en la garganta 🥺 que nos recuerda que los celos, esa bestia indomable 👹, sigue al acecho? Prepárense para un viaje poético 📜 donde los celos se desnudan en versos crudos y apasionados 🔥.
El colibrí de la discordia: Francisco Garamona nos sumerge en la dualidad del deseo y la posesión 💑. Un hombre, atrapado entre la musa prohibida 🤫 y la mirada celosa 👀 de su compañera, encuentra refugio en la metáfora de un colibrí 🕊️. ¿Acaso este pequeño ser alado también conoce los tormentos del amor exclusivo? 🤔
La detective de los sentimientos: Ariel Delgado nos presenta a Silvana, una mujer que convierte la cotidianidad en una escena de telenovela mexicana 🎭. Una simple fotografía 📸 desata una tormenta de celos 🌪️, donde las palabras se convierten en armas ⚔️ y las manos amenazan con castigar ✋.
La envidia literaria: Caterina Scicchitano nos confiesa un tipo de celos poco convencional: la envidia por el éxito ajeno 📚. Cada nuevo libro publicado es un recordatorio de la propia inacción 😔, un espejo que refleja la falta de motivación y la eterna pregunta: ¿para qué escribimos? ✍️
La dama de los perros: Florencia Méttola nos lleva a un bar 🍻, donde los celos se manifiestan en la necesidad de marcar territorio 🐕🦺, de proteger lo que se considera propio. Pero en medio de la lucha por la posesión 🥊, surge una voz que se rebela contra la cosificación y la competencia 🙋♀️, una voz que reivindica el amor libre y la admiración sincera ❤️.
Estos cuatro poemas nos invitan a reflexionar sobre las múltiples caras de los celos 🎭, desde la posesión tóxica hasta la envidia creativa. ¿Se atreven a mirar de frente a esta emoción tan humana y universal? 👁️
Mi señora
En el hotel yo iba a garchar
con una poeta de Concordia
pero mi señora no me deja escribir versos de este estilo,
entonces mejor cambiar de tema.
Decir, ahí viene un colibrí
para tomar agua del aljibe.
Está viajando entre las ondas
celestes del momento.
La tarde se ha puesto muda,
es decir, va como ausente….
Mi señora me ceba un mate,
y extiende la calabaza,
humeante junto a mí…
Cruza las piernas y me calla,
mientras el aire se cubre
con el perfume de la yerba…
Y el colibrí sigue vibrando,
un poco al ras de la espesura…
¿Será ese colibrí también
amante de su nido?
No sé, porque mi señora no me deja
pensar en estas cosas.
Francisco Garamona, Poema publicado en la antología “Parace el lugar donde viví” (Poemas 2014-2024) (Editorial Universidad Santiago de Chile, 2024)
◐◐◐
Silvana tiene celos de la chica que vive a la vuelta
Silvana es morocha
y tiene una boca,
con su boca hace piquito
y yo la miro,
la cintura de Silvana es coqueta
ella, limpiando mi escritorio
encontró una foto y se puso celosa.
Los celos de Silvana son raros
son parecidos a los de las novelas
mexicanas que dan en el canal de las estrellas.
Ella pone una voz quejosa
y con las manos amaga
con pegar.
Silvana es recelosa.
Ariel Delgado, Poema publicado en “Poesía” (Editorial Neutrinos 2022)
◐◐◐
Me pongo muy celosa cuando alguien publica un libro nuevo y me digo “¿yo qué estoy haciendo para escribir?” y miro lo que escribo y no he escrito nada. Pero no lo hago porque no pueda sino que no me salen las ganas. Y a mí viste, forzar las cosas no me va. Es que es tan lindo tener un libro nuevo publicado, ver los colores, la tapa. Y si lo ves en la vidriera de la librería, ahí estoy yo al lado de estos otros. Y me pongo a pensar para qué escribo y para quién y no los encuentro hasta cruzar los ojos y ponerme bizca.
Caterina Scicchitano, Poema próximamente a ser editado por Mansalva, 2025. El libro se llamará Nos discriminan por soberbios
◐◐◐
En la barra de un bar
Tengo el ánimo roto hecho trizas
como la situación de dos perros peleando por un hueso
o peor todavía, un pedazo de carne
y eso no quiere decir que yo piense
o sienta en vos un pedazo de carne
quiere decir que por qué tengo que marcar el territorio como un perro
mearte en la barra de un bar
para que los tipos no se zarpen, no te pasen la mano por el cuello
hasta hacerte doler o te quieran prender la camisa en la parte de atrás
y atravesarte con su olor a tipo de un bar
pero también están estos dos perros a tu lado
los perros de Ramsay Bolton (pero vos no sos Ramsay
y yo no quiero ser un perro)
pero el gordito narcisista
más narcisista que yo
que no te pasa la mano por el cuello
se sienta a tu lado
y quiere hablar con nosotras
tal vez solo quiera hablar
pero no creo porque es el encuentro de dos narcisistas
peor él, que se sienta sin ser invitada
y le damos cerveza y vos le das chicle
y él solo muestra los dientes
no todo el tiempo
pero me muestra los dientes
y por primera vez soy la dama de los perros
y ni me inmuto
y dejo de ser tan solo un perro
peleando por un pedazo de hueso
no como carne
me vuelvo otra cosa
alguien que está a tu lado
y que presta atención a cada cosa que decís
y no le importa el gordo perro narcisista
y no me importa pelear
si soy pacifista
si hago como si nada
como quien no quiere la cosa
encantadora: sí, sí, claro, claro, respondo a todo
si de mi narcisismo no muestro ni una hilacha
y me comporto estoica y sinceramente
porque fui invitado a estar a tu lado a la barra
y veo que lo que te interesa y me interesa lo compartís conmigo.
y lo que me hace no tener resaca
y que el ánimo se me recomponga
es que no intenté apoderarme de tu ser
como si fuera un pedazo de carne o tierra, o propiedad,
no solo porque soy estéril, en esa situación animal macho hembra
sino porque el que se queda gana (?)
y no respondí más que con simpatía al perro gordito narcisista
a los tipos de la barra
a todo aquel que se acerca, y quiere tocarte
yo soy tuya, como el poema (spoiler alert)
que le recita a Vigo Mortensen a la esposa en Capitán Fantástico
es decir, mis manos son mías, mi pelo, mis ojos, mis piernas,
el torso, el pecho, y hasta las venas
pero yo, lo que es yo
soy tuya ❤️
Florencia Méttola Poema publicado en Deseo y decepción EMR 2018