El lenguaje es mi casa

S01E20

El sábado me acosté re tarde medio en pedo. A las seis de la mañana hacía mil que no hacía ese tipo de cosas. Rebotamos en un montón de boliches. Gente respetable, artistas, los más importantes de la provincia que no pudieron entrar a boliches a bailar. No voy a nombrar pero tengo imágenes sueltas en la cabeza de todo el finde que pasé en el Ficer.

Alguien intentaba negociar, entrar más de una docena de personas a un lugar lleno de gente. Las últimas siete latas de cervezas en un kiosco que fueron pagadas con QR, el Paraná oscuro a punto de amanecer, una poeta recitando de memoria un poema, después quisimos seguirla en el casino del Howard, una chica con una larga pollera fucsia. Que es un poema largo que se me escapará de mi mente. O aparece en alguna parte.

Esto va a tener un montón de incongruencias y errores y desvaríos mentales que trapearán el piso del lenguaje. El lenguaje es mi casa. Y ahora mi casa está sucia. Estas prohibida pásenlo en la radio, salí a pescar, es una mesa de luz, es mi amor, no se vaya más.

Iba a hablar del amor pero mejor dejémoslo ahí, me gusta tener la libertad de escribir de manera alocada. No me gusta que la palabra libertad se la hayan apropiado los púberes libertarios. La libertad tiene que ser de los que fracasan para siempre. La libertad es fracasar. Estoy bien, el sol del mediodía entra por la ventana y se ven las ropas colgadas de mis vecinos desde sus balcones. Ayer hubo un montón de viento. No quiero escribir solo sobre el recuerdo porque con eso parecería que no estoy vivo en este momento, me gusta hablar del presente de las cosas. Los gatos se suben arriba de las mesas y con sus patitas empujan las cosas sobre el piso.

Ayer vi el episodio donde Dana se besa con Fox en la temporada 7 y fue muy tierno. Pensé que nunca se iban a besar. Siempre me van a gustar las series donde hay besos tiernos. Me acosté feliz después de ver esa imagen. Molder tenía una venda en la cabeza y una gorra de los Yankees de Nueva York. Creo que esto lo escribí en otro lado.

La selección ganó sin Messi pero solo vi los goles por Instagram y respondí un mensaje por wasap de un amigo que me dijo que había un jugador de Bolivia con mi mismo apellido.

Después más tarde casi a la medianoche otro amigo me dijo bigotón por qué no respondés los mensajes sobre los debates políticos, dice que el mounstro está cambiando el discurso, confusión, memes, superposición de relatos, es muy pillo, pynchoneano.

Momentos complicados y desde el oficialismo no pasa nada. Mucho dolor imposible de levantar, soy un derrotado pero no del todo, volveremos con más fuerzas, capaz nos falta eso, caer y hacer las cosas por afuera, desde la clandestinidad, tapando nuestras cabezas con un pasamontañas rosado. Ocultándonos con fuerza y poder.

Me saqué una foto en la alfombra roja del Ficer subido arriba de una elefante de plástico. Tuve frío algunas noches tomado cerveza. Me hice pasar por un cineasta para comer de arriba en el Howard. Y miré el río Paraná desde una habitación lujosa de un séptimo piso. Vivir ahí debe ser aburrido dijo un amigo, a la semana ya te acostumbrás a ese paisaje que no cambia. Creo que tiene razón.

Hasta el próximo miércoles.