El mundo del año 2023

Intento avanzar con la lectura de Mi madre ríe de Chantal Akerman, pero es imposible concentrarme ante una realidad horrenda. Cacerías de humanos contra humanos, candidatos a presidentes de la ultraderecha conservadora agitando caos y violencia, que repiten palabras de los genocidas con una inhumanidad aberrante. 

Una distopía que ni en la literatura se encuentra.

Intento leer Mi madre ríe de Chantal Akerman mientras veo en Twitter un textual levantado por alguna radio: “A la guerra vine con el mate, el arma y la camiseta de Gimnasia”. 

Trato de leer Mi madre ríe, una narración caótica, de poesía en prosa, hipnótica y rabiosa, pero me cuesta concentrarme por los gritos de los impresentables candidatos de la derecha y la ultraderecha argentina, justo cuando me llega un video viralizado donde Cristina en 2011 analizaba: “Se van a comenzar a cuestionar los fundamentos de la democracia. Cuando la gente vea que la democracia no le da posibilidades de trabajo, de progreso, de tener casa, de salud, van a comenzar a cuestionar los funcionamientos del sistema político, y si se profundiza, van a cuestionarse las formas políticas actuales”. Cristina, siempre Cristina, su lucidez, diez años atrás, y que lo gorilas vuelen de la bronca.

El libro Mi madre ríe sobre la mesa del comedor, Mi madre ríe en la mesa ratona del living. Familias en Medio Oriente escapando, de un lado y del otro del alambrado, desesperadas y llorando, con nada en la mano, temblando y en pánico, por rutas desoladas, huyendo de un infierno hasta el infierno más cercano. 

Una parte de mi mente trata de estar en la relación de Akerman y su mamá y otra parte está en una guerra espeluznante, narrada con miles de recursos, las 24 horas al día, como nunca antes en la historia (en YouTube se llega al delirio de transmitir un vivo, día y noche, el intercambio de los misiles). 

(Es impactante la cantidad de afirmaciones falsas que se expanden como verdades).

En Twitter varios piden recomendaciones de películas, libros, música, para evadirse porque no pueden soportar este mundo del año 2023. Una parte de mi mente en Mi madre ríe, y el otro hemisferio en la incertidumbre de qué va a pasar con las elecciones del 22 de octubre. 

Solamente imploro que no gane la ultra derecha antiestado, porque vamos a entrar en una zona muy jodida.