Las ferias de libros son espectáculos increíbles. La que se hizo en Paraná este fin de semana a orillas del río mostró: una editorial con una cantidad descomunal de títulos escritos por entrerrianos de cualquier ciudad de la provincia que te imagines. Editoriales de Rosario, Córdoba, Paraná, La Plata, Buenos Aires. Librerías desplegando los grandes best sellers contemporáneos en los tablones para atraer a cientos de personas sin parar. Librerías de libros usados y viejos que resistieron décadas de humedad en cajas de sidra sobre las baldosas de los garajes, ahora en una feria vendidos a precios súper accesibles.
En la feria del libro de Paraná te podés cruzar con algún vecino del edificio viendo tapas y otro vecino vendiendo algún libro de su autoría. Presentaciones, podcasts en vivo y charlas con escritores. Lecturas de poesía con un salón central lleno, los versos rebotando en las orejas. Editores contando historias o dando ideas para nuevos títulos.
La feria del libro de Paraná es organizada por la Municipalidad desde hace una década, algo muy bueno porque el aporte del Estado hace mover un sector industrial que la rema en situaciones complejas.
Durante cuatro días miles de personas se acercaron a la Sala Mayo y miraron libros y el río y la isla. Se tomaron algún café, miles de mates, comieron sánguches o chipá. Lectores y lectoras buscando ladrillos-sagas imposibles de encuadrar en algún género literario.
Un tipo ve el Borges de Bioy, pregunta precio, le contestan un brutal 90.000 pesos; la esposa lo mira, saca la tarjeta y dice yo te lo regalo.
Alias de Mercado Pago revoleados por el aire de la feria. El ex jugador de River, Barcelona y Real Madrid, Javier Saviola, recorriendo los stands en un episodio surrealista e inolvidable. Una lectora le dice a una escritora que su libro la ayudó a poder irse de una ciudad y encontrar alivio.
Otro escritor implora al público de la sala que escriba poemas.