Enzo Pérez

Podrán hacerse los boludos varios hinchas de los clubes del fútbol argentino, pero siempre van a saber que una vez River ganó un partido de fútbol con un jugador de campo como arquero durante los 90 minutos del partido. Y sin jugadores en el banco de suplentes para cambios.

Gracias

Por

Siempre

Enzo Nicolás Pérez

En el corazón de River, por tu amor a River.

La gloria, habitualmente, es una cosa abstracta hasta que salís campeón o tu club hace una de las proezas más extraordinarias: ganar un partido de Copa Libertadores sin arquero real y sin suplentes. Un volante central, un 5, un cerebro, el alma del equipo, con guantes de arquero y encima lesionado, atajando en el torneo más grande de América. Una verdadera locura.

Unos días antes de esa noche sublime en una Buenos Aires pandémica, Gallardo, el DT, preguntó al plantel quién se ofrecía para ir al arco. “Atajo yo, Marcelo”, dicen que dijo Enzo Pérez en uno de los entrenamientos previos al partido y esas tres palabras quedaron para siempre en la mitología de la banda roja.

Esa noche Enzo usó un buzo de verde incandescente, de verde luminoso, con su número 24. Un buzo verde flameando en las cuerdas de los patios argentinos.

Todavía puedo sentir la euforia de lo sublime en el momento en que el árbitro dio por finalizado el partido y River ganó 2 a 1 contra Independiente Santa Fe de Colombia. Los especialistas del fútbol estaban en éxtasis ante un acontecimiento descomunal para la historia del deporte. Los mismos 11 jugadores corriendo durante 97 o 98 minutos, sabiendo que no podían ser reemplazados, para conseguir algo que solo Marcelo Daniel Gallardo podía construir.

Ahora que Enzo Pérez dio su última clase en River, me cayó con todo cada una de las hazañas: el 3 a 1 de Madrid, el 8 a 0 para remontar un 0-3, las 5 eliminaciones seguidas {con dos finales ganadas} contra el ex-club, Porto Alegre, la boca, Mendoza.

Enzo y esa pinta de jugador del siglo XX, trabajador, sencillo, emocional, justo, minimalista. Lo bien que le quedaba la cinta de Capitán. La sensación de entendimiento absoluto con su DT Gallardo para ejecutar el guion de cada obra.

No termino de caer del todo con la idea de que no vamos a tener más a Enzo defendiendo el manto sagrado. Ya viví el retiro de Enzo Francescoli, otro artista de River. Ahora vivo la despedida de Enzo Pérez del club.

Qué impactante debe ser jugar un partido con 60 mil personas y saber que esas 60 mil y otros millones de personas más te aman. Voy a ver cada video de las jugadas de Enzo Pérez, de sus 10 copas ganadas con River. Voy a sonreír y lagrimear de felicidad.