“Si la vas a cuidar, llevala”, le dijo Juanele a Solidario. La foto estaba tirada en el piso, comenzando a humedecerse y rodeada de papeles marchitos y cosas viejas que era la onda de la casa del poeta. Dicen que había un aura mágica en el lugar y mucho olor a pis de gato.
Era un retrato del mismísimo Raota, que cuelga desde hace años en un espacio destacado del departamento de Solidario y Susana, quienes conservan anécdotas maravillosas y de lo más mundanas de su relación con el mayor representante de la poesía entrerriana. Cortame el pasto que está muy largo, haceme el trámite este, llevame a Rosario. Los amigos de Juanele le hacían mandados de todo tipo para ayudarlo a sobrellevar lo que a él le parecía imposible de resolver y soportar.
Lo queremos tanto, lo sentimos tan cercano e inaccesible a la vez, que empezar a juntar @fotosdejuanele nos parecía una llave de ingreso al universo que él mismo construyó alrededor de su vida. Juntar piezas de un rompecabezas, intentando ubicar en qué momento y con quiénes estaba, qué hacía y por qué y si eso impactaba en su obra. Una especie de línea de tiempo desordenada con datos que se van engrosando a través del aporte de un montón de gente. Más de cien imágenes hasta el momento que lo pintan en sus diferentes etapas y que se cruzan con estudios biográficos e historias de allegados. Hipótesis que se confirman y otras que caen.
Estela Figueroa cuenta en una entrevista (Eterna Cadencia, 2019) que una vez le revisó en Santa Fe la valijita que siempre llevaba consigo: “tenía un peine, la tintura celeste que se ponía en el pelo y forros” y se muere de risa.
También dice que cuando lo visitaba en Paraná estaba meta-mate-con-anfetamina. Eso cuentan varios, que era ir a escucharlo hablar sin parar, en una hipnosis colectiva tremenda, hasta que el cansancio vencía a la platea y él seguía como si nada.
Era de una extravagancia y atracción irresistible para ellos. Y lo sigue siendo para nosotros.
La construcción de este archivo empezó en pandemia con las ganas de hacer cosas que nos hagan felices, en un momento se pausó porque había muchas otras cosas que hacer y ahora reactivamos ante la urgencia de sentirnos bien.
*Imagen de portada: colaboración de Matías Armándola.