La cadena de cómo pasan las cosas

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Todo empieza en un grupo de la red social de Zuckerberg. Me cuenta Paola Estebecorena que está del otro lado del chat.

Al principio éramos un grupo de Whatsapp de amigos nada más, amigos y algunos compañeros y compañeras, que nos conocíamos y ahora somos cerca de 600 en ese grupo

Con Paola charlamos también por la red social del globito verde. Hace unas semanas me llegó a un grupo de Whatsapp donde estoy, una foto de unos pies haciendo fila. Ahí descubrí al grupo Resistencia Alimentaria. Un grupo de personas que se juntó en enero de 2024 y sabiendo la fuerte suba de los precios de los alimentos, a raíz del fuerte ajuste del gobierno de Javier Milei, decide hacer algo. Acortar la cadena de logística, ir directamente a las fábricas, en su mayoría de la zona o de la provincia, y conseguir la mercadería a precios irrisorios incomprensibles, de lo baratos que son. 

Establecer puentes más directos entre la fábrica y la gente.

Me sigue contando Paola

Arrancamos a mediados de enero y no hemos parado. Todo el tiempo estamos metiéndole, metiéndole y metiéndole. Armamos una asamblea para juntarnos con la gente, para ver qué otras cosas necesitan que compremos para afrontar lo que se viene. Porque con esto de Milei que abre las importaciones de alimentos nos vamos a encontrar con cualquier cosa, van a venir lácteos de Uruguay y después no sé dónde más. Pero también el tema de cómo suplantar algunos alimentos, como la carne que no se está pudiendo comprar o el pollo que tampoco están pudiendo comprar”

Entonces le pregunto por la gente que va a comprar y cometo el error de llamarlos “clientes o consumidores”, a lo cual ella me corrige “no son clientes porque en realidad somos todos, no me gusta llamarlo consumidores”

La Resistencia Alimentaria no es un negocio. Nadie gana un mango. Es un abrazo solidario, la fraternidad de ponerse en el lugar del otro para acompañar el fuerte latigazo que se recibe a diario en esta Argentina en 2024. Es generar un vínculo a través de enlaces de las redes sociales. Organizarse.

Cuando me llegó la foto. Lo primero que se me vino a la cabeza fue el Club del trueque al que íbamos con mi vieja en 2001. En el galpón de la sede del Club Argentinos Juniors en calle Zanni. Donde cambiábamos ropa por un kilo de milanesas, donde escuché por alta voz que alguien cambiaba una moto por un celular. Pero después me dije esto no es eso. Porque la gente todavía tiene algo de saldo en MP, que es por donde se pagan los productos en RA.

Me cuenta sobre las personas habitués de la Resistencia Alimentaria.

“Los abuelos viste eso es lo que por ahí más conmueve, porque se acercan muchos, familias enteras es muy loco, la reacción de la gente. El agradecimiento al trabajo que le estamos poniendo. Somos diez los que organizamos. Yo estoy en la parte de trabajar con los proveedores. La que peleo los precios y la que bueno más o menos conoce la venta porque siempre laburé de vendedora, así que soy la que maneja más o menos esa parte, digamos. La web la armó uno de los compañeros, Pablo Basso, y después está Ezequiel Caridad, es el que arma todos los flyers, que le contesta a la gente, que comunica en el grupo de Whatsapp, arma toda esa parte tanto Instagram, Facebook y cualquier otra cosa que tengamos que sacar, lo arma el Teté.” 

En la Argentina hay un problema, me cuenta Paola, y lo que hacen ellos es organizarse para resolverlo entre todos.

Vos conseguís mejor precio a mayor cantidad. Por eso te hablo del volumen de las compras, de la cantidad de kilos que se compran. Eso tiene que ver justamente por eso, porque es un acto totalmente solidario acá. Nosotros, todos los que estamos, ninguno gana un peso. O sea, es todo pura y exclusivamente para que la gente pueda acceder al alimento. Mirá que las personas que vinieron son de la compra anterior, los que vinieron a retirar. Son de Viale, de Vialeeee. Saben que vienen al médico y aprovechan a buscar. Me llamaron de Rosario para ver si podíamos armar Resistencia Alimentaria allá. Es re fuerte, súper fuerte. Una cosa es contártelo y otra cosa es vivirlo.”

El grupo de Resistencia Alimentaria también piensa en la espera, en la fila que tiene que hacer la gente para recibir los productos que compraron. Piensan en todo.

“Íbamos a hacerlo en el patio,a poner música, lástima que llovió. Nuestra idea no era que fuera una cola hasta la calle, ¿viste? Pero bueno, también nosotros aprendemos, vamos siempre a distintos lugares. Ahora me parece que nos quedamos ahí, porque la verdad que está muy lindo el lugar. Pero también pensando en el volumen de las personas, a ver cómo va a ser la próxima, en dónde lo vamos a poder hacer. Eso también es otra, ¿viste?”

Cuando Paola habla del lugar se trata de una casa, donde fue la última entrega, la quinta. Fue en calle Colón 48. La gente encarga lo que necesita de una lista de productos, que se publica en el grupo de Whatsapp o por las redes y los abona a través de Mercado Pago. La gente de RA hace la compra y los entrega en un lapso de días. 

La metodología de RA:

“Buscamos que todos los productos sean, sí, de Paraná o de la provincia de Entre Ríos. En el caso de la yerba, bueno, no porque nosotros no tenemos yerba como la que tiene Misiones. Entonces buscamos que sean cooperativas, que sean microemprendedores, que sea gente que la está pasando muy mal. Hacemos que la cadena se achique, la cadena de cómo pasan las cosas, ¿no? Porque vos vas al supermercado y te encontrás con un precio, por decirte, del arroz de 2.500 mangos. Pero nosotros yendo hasta San José, logramos conseguir el arroz a 1.200, 1.300, depende del arroz que tengan ellos en el momento, ¿no?”

De la voz por audio de Paola sale el título de este diario de miércoles. La cadena de cómo pasan las cosas

Me quedo pensando en la empatía de estas personas. Como verdaderamente se ponen en el lugar del otro. No como el dorso de una pechera de un repositor de una multinacional “en qué te puedo ayudar” que siempre me resulto abstante engañosa. Por el contrario, RA piensa el hecho energético de la alimentación de la población como un hecho político. Una idea, un pensamiento, una razón.

“Estamos buscando soberanía alimentaria y denunciar a los grandes monopolios, que son los que nos revientan con los precios, básicamente. O la falta de posibilidad que tienen algunas personas de llegar a los alimentos. Vos pensá que en cualquier casa humilde siempre hubo arroz, siempre hubo polenta, y hoy, según los precios de la góndola, ni siquiera eso puede haber. Trabajamos con la escuela Alberdi. En esta tuvimos fideos, Estrella del Paraná, dos tipos de yerba, Don Leandro que es la más intensa, digamos, y después está El hachero, que es más suavecita. Tuvimos arroz, harina 3.0, 4.0, leudante. Aceite, huevos, miel, papel higiénico y rollo de cocina. Esta compra fue la más grande en volumen de productos y en kilos. Solo con el arroz, los fideos, la harina y la yerba eran 2.580 kilos”

No quería dejar de resaltar que en el grupo de whatsapps de RA también se encargan de compartir notas de actualidad a través de la misma web por la cual se consiguen los productos. Esto despertó mi curiosidad, para saber más de este abrazo solidario, como bien lo define Paola. 

Tengo un kilo de yerba Don Leandro. El dibujito del packaging del paquete parece pintado por Vincent Van Gogh. No hay de fondo campos de girasoles y Don Leandro toma mate piola mirando algo que se escapa del paquete. Entonces mirando el envase chupo el primer amargo y pienso. No nos han vencido. Nunca lo lograrán.

Creo que hasta acá estuvo bien

nos vimos el próximo miércoles.

Info: Resistencia Alimenticia

Instagram: Ig