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Paisaje litoral expandido: experiencia literaria-audiovisual en el 6° FICER

Texto articulado por Mara Rodríguez, compuesto a partir de fragmentos de diversos autores de la literatura regional: A la deriva de Horacio Quiroga, No es un río de Selva Almada, La ballena de Cecilia Moscovich y El río sin orillas Juan José Saer. Las itálicas corresponden a los textos citados.

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Cartografía de una canoa a la deriva

El hombre está muerto en una canoa a la deriva.  La canoa corre sobre el río y el río corre en el fondo de una inmensa hoya. Las paredes altas lo encajonan fúnebremente. Desde las orillas bordeadas de bloques de basalto negro, asciende el bosque, negro también. Adelante, a los costados, detrás, la eterna muralla lúgubre, y de fondo el río arremolinado se precipita en incesantes borbollones de agua barrosa. El hombre no sabe que está muerto. Y sus ojos abiertos miran el cielo rojizo surcado por una pareja de guacamayos.

Río abajo, la canoa raya el agua como una rama doblada de sauce.  Los carayá lanzan gritos humanos desde los mangos. Las enredaderas se enroscan y cuelgan como víboras de los árboles. La barranca crepita sonidos de pájaros. En un abrir y cerrar de ojos, la noche sorprende al hombre en un río plateado. La mosquitada no lo molesta. Si no fuera porque está muerto, diría que es una noche hermosa. El viento mueve los camalotes y los pajonales de la orilla. Los peces saltan buscando comida en la superficie. Tantas estrellas lo marean.

Abajo del bote, el río es más negro que la noche.

El río es una brea espesa de la que asoman ahogados olvidados. Cráneos babosos, mechones de pelo podridos, flotando como raíces. Los ahogados quieren también ver la luna que se pasea como un ojo en el agua. Entre ellos anda una raya. Una bicha hermosa que brilla blanca como una novia en la profundidad sin luz. Planea sus tules y arrastra los anzuelos todavía enganchados a su cuerpo. No es cualquier raya, es la raya con la que estuvo luchando.

Al amanecer, el hombre sigue muerto en una canoa a la deriva. En esa parte, la tierra firme es escasa, el cauce se deshilacha en manchones verdes. Aparecen pequeños bancos de arena a los pies de la barranca. Una leve bruma se balancea sobre los camalotes que pasan corriente abajo. No hay nadie más que los pájaros. Una garza parada entre los carrizales levanta vuelo. Y cuando la canoa la alcanza, la garza se escapa de nuevo. El hombre muerto cree en las garzas que señalan destinos.

La sigue por el un río que se ensancha de golpe. Y cuando alza la vista hacia el horizonte, le falta lo que descansa la mirada, lo que tranquiliza, le falta la orilla opuesta. Ahora el hombre muerto anda a la deriva por un río sin orillas. Y cuando vuelve a abrir los ojos, el río esta crispado, las gaviotas le picotean las manos resecas, y una ola inmensa lo arroja a un mar que conoce por primera vez.  

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El viernes 13 de diciembre a la medianoche (23.59 h) en La Vieja Usina, Selva Almada (Villa Elisa), Belén Zavallo (Paraná), Imanol Hammurabi (Curuzú Cuatiá) y Mara Rodríguez (Formosa) leerán selecciones de textos literarios que dialogarán en vivo con intervenciones del artista sonoro Ernesto Romeo (Buenos Aires) y con la proyección de fragmentos paisajísticos extraídos de piezas cinematográficas de Entre Ríos, creando una verdadera ambientación. La idea de un “litoral expandido” pretende hacer un recorte paisajístico-sensorial más allá de las estrictas limitaciones geopolíticas, construyendo in situ y de manera dialógica un paisaje a través de imágenes, palabras y sonidos. El video proyectado es una realización del Instituto Autárquico Audiovisual de Entre Ríos (IAAER). Coordinan la actividad Daiana Henderson, Maximiliano Schonfeld y Milton Secchi Naput