Poemas de Vicente Rivera Plaza

La pureza de la caída

La precisión del gesto es vital

conservar el equilibrio

dibujar en la armonía un suspenso

También las aves leen

aquella figura en el instante

cortan la tensión superficial

de las aguas

con la pureza de su caída.

Cuando el filo de sus plumas

se ha gastado

abandonan la cacería

y en la cima de enormes peñascos

se echan a esperar la muerte

contemplando el horizonte

la trayectoria de los pájaros

y las plumas que llegan a la orilla

en la espuma de las olas.

Refracción

La luz que atraviesa el agua

altera el color y la textura

del pulpo

Alcanza la cúpula de los erizos

modifica el tono de sus espinas

que parecen antenas

Entre algas y huiros

reverberan los peces de roca

animales de carne blanca

Recorrer los sabores de las carnes

con la intuición dactilar de la lengua

Palpar con la yema de los dedos

la transformación del animal

Morder con la respiración detenida

el sabor amniótico de la corriente

Paladear la leche del mar

sentir el calostro de la luz en la sangre

sumergirse en la vida

hasta los confines abisales

A plena luz

El gato caza insectos en el jardín

No distingue entre moscas y mariposas

Cuando el rocío casi se ha evaporado

El sol entibia la tierra

Ladridos

Dime tú

como sea que puedas

¿Con qué se consuela un perro viejo?

Cuando contempla el ágil jugueteo

de sus semejantes más jóvenes

persiguiendo con torpeza de perro nuevo

las aves que en la misma playa

sometiste a tu quijada

Dime tú Canelo

con ese ladrido de sabiduría que invocas a la luna

y de cachorro te hizo supremo

elegante hasta en tus más fieros combates

¿Cómo se conforma un perro viejo?

Mientras contempla

el revoloteo de los pájaros

que se refugian entre las rocas

Como sea que puedas

marca tus patas en mi frente

y tu aullido en mi pecho si es preciso

enséñame por fin el secreto

de esa valiente resignación dime

Cómo es que se ingresa en la paz

con un corazón de viejo salvaje.

Vicente Rivera Plaza. 1986, Flamenco; región de Atacama, Chile