La pureza de la caída
La precisión del gesto es vital
conservar el equilibrio
dibujar en la armonía un suspenso
También las aves leen
aquella figura en el instante
cortan la tensión superficial
de las aguas
con la pureza de su caída.
Cuando el filo de sus plumas
se ha gastado
abandonan la cacería
y en la cima de enormes peñascos
se echan a esperar la muerte
contemplando el horizonte
la trayectoria de los pájaros
y las plumas que llegan a la orilla
en la espuma de las olas.
Refracción
La luz que atraviesa el agua
altera el color y la textura
del pulpo
Alcanza la cúpula de los erizos
modifica el tono de sus espinas
que parecen antenas
Entre algas y huiros
reverberan los peces de roca
animales de carne blanca
Recorrer los sabores de las carnes
con la intuición dactilar de la lengua
Palpar con la yema de los dedos
la transformación del animal
Morder con la respiración detenida
el sabor amniótico de la corriente
Paladear la leche del mar
sentir el calostro de la luz en la sangre
sumergirse en la vida
hasta los confines abisales
A plena luz
El gato caza insectos en el jardín
No distingue entre moscas y mariposas
Cuando el rocío casi se ha evaporado
El sol entibia la tierra
Ladridos
Dime tú
como sea que puedas
¿Con qué se consuela un perro viejo?
Cuando contempla el ágil jugueteo
de sus semejantes más jóvenes
persiguiendo con torpeza de perro nuevo
las aves que en la misma playa
sometiste a tu quijada
Dime tú Canelo
con ese ladrido de sabiduría que invocas a la luna
y de cachorro te hizo supremo
elegante hasta en tus más fieros combates
¿Cómo se conforma un perro viejo?
Mientras contempla
el revoloteo de los pájaros
que se refugian entre las rocas
Como sea que puedas
marca tus patas en mi frente
y tu aullido en mi pecho si es preciso
enséñame por fin el secreto
de esa valiente resignación dime
Cómo es que se ingresa en la paz
con un corazón de viejo salvaje.
Vicente Rivera Plaza. 1986, Flamenco; región de Atacama, Chile