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Anduve de gira por CABA. Me invitaron a un evento muy hermoso de poesía y amigos. Fue la presentación de la editorial Fadel & Fadel. Una de esas movidas que se hacen más con el corazón pero donde es imposible hacerlas sin inversión. No ganás y ganás a la vez. En fin lo que el arte verdadero es en el fondo. Lo que nos hace bien al espíritu se hace y listo y no se piensa demasiado en el dinero. Se gana por otro lado. Por amistad, fraternidad, complicidad, risas, en fin, pasarla bien o tratar de ser un poco más feliz.
Hace muchos años que voy a la gran city, desde el año 2005. Cuando me empezó a picar el bichito de la poesía y me hice muchos amigos. Una yunta con la cual caminar juntos, ayudarnos, cooperativamente hablando, para mantener vivo, digamos, nuestro diletante errar de pasos peregrinos poéticos. Y fue la primera vez que me dije a mí mismo, ni loco vivo en esta ciudad.
No porque no sea increíble y zarpada de linda. Sino porque es un montón de verdad, de gente, data y autos. Para cruzar de un barrio a otro capaz que son cinco cuadras pero tardás cuarenta minutos. El tiempo en la capital cambia. Menos espacio, más tiempo. El aumento de energía aumenta la masa, lo que equivale a que el tiempo se detenga.
¿Puede ser que haya entendido la fórmula de Einstein E=mc², la semana pasada, mientras viajábamos con el Turco por toda la capital, para armar los últimos detalles que cerrarían el evento?
Con Dai Henderson hablábamos de esto mientras nos comíamos una muzza en Las Cuartetas, yo le decía cómo hacen para escribir, realmente los admiro de verdad, cómo hacen, pienso ahora, para encontrar ese espacio para encerrarse y estarse un poco quietos y masajear sin manos, o sea para adentro, el alma o el ser o lo que sea. Dai me decía, de una yo necesito una perspectiva más horizontal, para mí eso es fundamental para crear. Claro, muy interesante esa idea pensaba después, como tener esa perspectiva más panorámica que te da tener cerca un río, una montaña, un horizonte llano, un campo, un vacío, en fín, la provincia.
Todo esto lo decíamos de lleno, claro, privilegio de artistas, igual nos los ganamos a través del cooperativismo de un montón de amigos a los cuales también sumamos.
Veníamos de pasear por librerías y encontré Función de la poesía y Función de la Crítica de T. S. Eliot a 4 mil pesos en una librería de usado con subsuelo en Corrientes y después fuimos a ver una muestra zarpadísima de Mariana Telleria, Estúpidos Espantapájaros, que todavía está en Villa Crespo. Arte que es imposible de encontrar si uno se queda solo palomeando en la provincia.
Se me van a enojar y con razón los artistas de las provincias. Ya lo sé. Los veo venir. Pero bueno me hago cargo y firmo con mi nombre real este Diario de miércoles. Y no puedo mentir, no me sale.
Esa ciudad en la que nací hace exactamente cuarenta años es bellísima pero no volvería. Gracias mami, me costó reconocerlo y me cuesta mucha plata de terapia aún poder asumir esa decisión que tomaste por mí, allá en los noventas, para que no crezca entre el smog y estrés. Aunque también en Paraná haya eso. Pero en menor cantidad.
No podría haber escrito todo lo que escribí sino en una ciudad al lado de un río. A la que puedo ir caminando al trabajo mientras pienso en poemas. O mientras escucho hablar a los entrerrianos cotidianamente. Ellos son los verdaderos genios, a los que les copio, como dice el poema de Marcelo Bielsa, 2016 de Oscar Fariña en Baby Gravy.
Voy a tratar de bajar un tono estas entradas. Alguien me dijo que le da ansiedad como las escribo, que se copa pero que no puede seguir leyéndolas. Y después están los otros que tienen miedo a que los nombre y cuente todo, tipo estómago resfriado. No lo hago de malo. Vivo escribiendo o escribiendo vivo. Igual es imposible contar todo lo que uno vive. Muchas cosas me guardo para mí.
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Domingo. Ya pasó la asunción del que te jedi. Vine a ver la peli (Muchachos, la película de la gente) sobre la copa del Mundo que ganamos hace casi un año atrás.
Me pareció excelente la música del documental. Intoxicados, Los del fuego, La T y la M, hasta una chacarera Puente Carretero de los Manseros Santiagueños y el infumable, perdón infaltable Wos.
La peli es un documental de Jesús Braceras. Está muy bien hecho. Con registro muy low fi. Escenas graciosas de gente de a pie filmadas con celu, mechadas con imágenes reales supongo de la FiFa. La gente de a pie en las cocinas argentinas, tomando birra, tomando mate acompañando con pan con manteca o dulce de leche, o empujando los nervios con un buche estrujado de una Manaos caliente. Se ven gritos, puteadas, saltos, alegrías, llantos. De los streamers en Qatar a los comedores del pueblo.
Mientras veía el docu pensé en La hora de los hornos de Pino Solanas. No sé porqué flashié esa. Después pensé ¿toda esta gente votó a Milei? Los veía saliendo a la calle por una camiseta de fútbol a abrazarse con cualquiera, capaz por eso, pensé en el documental de Pino, aunque los motivos son incomprensiblemente distintos. La voz en off de Francella no denuncia nada. No son los golpes tipográficos de la estética de Solanas conmoviendo a un país con un hecho histórico.
El fútbol también es para nuestro país, inseguro y neurótico, esa bisagra que logra abrir la puerta de lo social y lo político que todos llevamos dentro de nuestros corazones. Que puede pasar de la alegría total al voto-odio contra esa misma felicidad al año siguiente.
Un voto autodestructivo de un país estallado.
Y mi respuesta está contestada. Claro que hubo gente que festejó la tercera y cantó por los pibes de Malvinas y al año siguiente sufragió a favor de un fan de Margaret Thatcher. La foto a continuación lo confirma ??
Creo que hasta acá estuvo bien
nos vimos el próximo miércoles.