Tres poemas

Qué querés con Patronato

Lo del jueves  fue volver el tiempo atrás. Íbamos caminando a la cancha mi viejo, mi hermano y yo, el recorrido de siempre, el que nos cruza con hinchas de otros barrios, todos caminando con banderas rojas y negras, cantando felices hacia el Grella. La ansiedad de llegar se sentía a cada paso.                                                                                                                                                    

El viejo, un poco emotivo, empezó a recordar cuando nos llevaba en andas a ver los partidos de la liga, de seguir a Patronato a donde podíamos, y cuando no podíamos, a sufrir por radio.

Mi hermano me decía “Te acordás el argentino B y el argentino A, cuando íbamos con los gurises del barrio a esos partidos a las 11 de la mañana en verano, o con lluvia en pleno invierno. Después la vieja nos retaba porque nos íbamos a enfermar”. Mientras sonreíamos, yo le decía  “y cuando no teníamos para la entrada pero íbamos igual hasta la puerta para escuchar a la hinchada, y según los gritos adivinábamos cómo iba el partido” (Igual siempre alguien nos dejaba entrar).     

Ya en la tribuna de Grella, detrás del arco donde nos gusta estar, y porque las cábalas no se rompen, podíamos ver a nuestro alrededor las caras de felicidad por jugar en casa y la ansiedad de quienes, al igual que nosotros, fueron más temprano de lo normal. La alegría de los más gurises, la emoción de los más grandes, familias enteras disfrutando de una tarde histórica aún cuando no había iniciado el partido, porque el solo hecho de estar ahí ya era una fiesta.

A lo lejos podían escucharse los bombos que se acercaban contagiando a todos al grito de “Vamo rojo y né” haciendo que todas las voces se conviertan en una. 

El partido empezó. Los nervios también. Con el primer gol llegó el desahogo. Jamás soñamos con jugar en la B, tampoco en la A, y mucho menos ganar la Copa Argentina. Pero ese jueves en Villa Sarmiento algo cambió. El partido terminó a favor de “Patrón” por 4 a 1 sobre Melgar (Perú). En los 4 goles mi viejo, mi hermano y yo nos abrazamos, y un par de lágrimas cayeron, no tanto por el triunfo sino por caer en la realidad: el equipo del barrio está jugando la Libertadores, y en casa.

*Además de hincha de Patronato, el Negro Lebowski es cantante del grupo San Lebowski, nacido y criado en la República Separatista del Paraná XIV, Entre Ríos, Argentina.