Tangará y otros poemas

Los patos II

Los patos y la felicidad: hay unos patos que, de cabotaje entre otras terrazas y la isla de enfrente, pasan silbando por mi terraza, y se anuncian corriendo duros, exactos y nocturnos. Hay personas que son tan, pero tan, brutas, como mi vecino, que no los ven: porque no saben oírlos; es que no saben que son sirirís que hacen un ruido amable siempre a la misma hora entre otras terrazas y la mía, para despedirse de alguna laguna y cruzar el brazo del Paraná que todos vemos (y volver igual mañana: los patos a este recorrido y todos, aún los visitantes, a mirar ese río increíble)

De “Vikinga criolla”, Editorial Yo soy Gilda Editora, Rosario, 2012

Pasan caballos

Ya no escribo más xq no recuerdo qué escribir.
Estoy bañándome de amor en humedal
en la largada del mosquital
asentada en el saucedal del paranacito
todo brilla en cálidos.
Estoy viendo pasar 4 o seis caballos por la noche,
se acercan mudos, y los contamos, cuatro
siete,
once, en progresión.
La noche reluce con nuestro asado
pasa un chancho,
nos visitan caballos nocturnos
con pelajes que podemos distinguir:
overo
tobiano
zaino
porcelano
tordillo
gateado
lobuno.
En nuestra mañana se atropella un variopinto tropel
con esos mismos cueros:
overo
tobiano
zaino
porcelano
tordillo
gateado
lobuno.
Cosemos una ventana a la tropa loca
tu brazo cierra un círculo para ver ese temblor
que sentimos en la panza.
Son once bichos enormes
que no levantan polvareda
que tragamos y mordemos:
overo
tobiano
zaino
porcelano
tordillo
gateado
lobuno.
Antes yo me bañaba en este río, ahora me lo tomo.
Y nosotros flotamos en el oro
para mirarnos el cristalino,
besarnos el gonión
en la curva del paranacito.
Sigo nadando frente a la luz rumiando nuestro limo destellante entre los dientes.

Tangará

He vuelto a estar despierta mientras te leo
(Xq estar despierta es estar despierta durante la noche
a nadie se le dice que se quedó despierto todo el día
me falta, ahora, durante la noche
el cigarro
el farolazo
la conversación).
Así todo he vuelto a estar despierta viendo el bronceado de mis falanges
aturdiendo la negrura del escritorio
como una araña lenta y fresca de comodidad:
replicando en espejo aquello que pasa en corteza frontal.
Podría escribir para todos, podría regalar proyectos.
Podría seguir enterrando gente.
Podría seguir macerando fotos.
Pero prefiero quedarme despierta, sagaz de colores.
Vuelvo al paisaje entonces, a mi cápsula expandida húmeda.
Y no le pido nada a la luz.
Ahora que mis novedades ya no llegan,
que Grela puede ser:
todos los colores
todas las palabras
todos los sampleos
todas las líneas
y no puedo escribirlo
y logré ver, adivinar, aquel arañero de hace un mes,
solazada por saber ese pájaro
finalmente, definitivamente, tiene un nombre
más distinguido: TANGARÁ.
Un mes pensando tu nombre
qué alegría pronunciarte: TANGARÁ
en 9 centímetros verte
en segmento bicolor, tan exacto
contraste de complementarios tan preciso: TANGARÁ
amplia frente y ventral oropimente
azarnefe
negro violáceo en dorsal,
qué acento en la Santa Rita: TANGARÁ
con tu andar
en estrato medio y alto.
Oculto.
Movedizo.
Recorredor de jardines: TANGARÁ.
Puedo escribirte algo como única verdad:
no hay minas para los escritores.
Chicas jóvenes poetas de mi tierra: dejad la poesía,
se pondrán vetustas y mustias
desdentadas,
la poesía les robará la belleza,
alejad al diablo de la fealdad si queréis seguir siendo esplendorosas,
es un llamado a la solidaridad: chicas jóvenes poetas abandonad la poesía,
si queréis continuar con la lozanía de vuestra piel y de vuestro pelo,
si queréis mantener la chispa de la vida en vuestros ojos,
no tenéis más que ir a ver con vuestros propios ojos:
hay contados casos de hermosas poetas con todos sus miembros bien puestos y conservados con más de una vida dedicada al verso.
TANGARÁ.
Haced caso jovencitas, mirad al TANGARÁ.
Aquí más: ¿y esas minas de la poesía?
son poetas que exudan poemas.
Yo inspiré un libro de poemas en el que no aparezco,
en el que hago un ruido atroz
y la figura no es rubia.
Inspiré un libro sobre ciudades condales,
edité y leí hasta el cansancio,
hasta el cansancio de estar sentada,
devolución en vuelo transatlántico. 
Yo inspiré dos poemas del gran poeta con mi última juventud poética,
y no mucho más.
Yo inspiré la novela del gran editor de América Latina maniatado
el caballero aprende a tipear una pantalla.
Yo inspiré con mis poemas habados y mis dibujos aplanando ternura
los cuentos del morocho litoraleño
ahora rioplatense.
Con él somos dueños de la humedad del país,
y de un mismo swing nativo.
Me pregunto entonces: una escena es cuando dos testigos observan un fenómeno
y comentan al respecto.
Yo puedo ser una escena.

De “Tracción a sangre”, Editorial Iván Rosado, Rosario, 2013

Viernes

Rueda mi guardarropas entre funcionarios.
Entre escritoras del whisky y la boiserie
Entre palacios de la rosca hermosa
También en los boliches.
Vuelvo a casa,
al aire de la planicie
(versos blancos alimentando mi boca).
Hago tiritar los pastos
trébol mi cama
me cubren estrellas.
Incendiar de calor una biblioteca estatal
y afuera el averno
escucho decir
el infierno somos nosotros.
El amniótico de nuestro río me hidrata la capa lúcida de vuelta
brilla y enciende el aceite del pensamiento.
En Santa Fe, en Rosario, en Victoria, en Concepción del Uruguay, en Rafaela, en Cañada Rosquín,
en Monte Leña, en Pinto.
Cualquiera, menos la ciudad de los salones.

Flotar en la turbulencia

Poda y escamonda en Villa La Ribera
enhebramos lombrices entre dos puentes del loco Carcarañá.
Le tememos más a ese río que a todo el Paraná junto
Ahí apretemos bagres con intransigencia y valentía;
no serán bichos, serán próceres. 
Le tememos más a ese río que al mar abierto. Nadar y sobrevivir.
un racimo de colores subtropicales,
andarivel costero del loess nativo;
un sendero de cuerda que destella magno como mis pestañas enamoradas.
Extraño el mundo de la ternura,
pasar calor y corroborar que mi fisiología está vigente.

De “Te quiero abrazar mucho”, Editorial Mansalva, Buenos Aires, 2020

* Lila Siegrist nació en Rosario en 1976. Es artista visual, docente, editora, coleccionista y agitadora cultural. Escribe e investiga sobre arte, cultural y el paisaje nacional. Ha trabajado en políticas públicas. Publicó Vikinga criolla (Yo soy Gilda editora, 2012), Tracción a sangre (Ivan Rosado, 2013), Destrucción total (Blatt & Ríos, 2014) y Te quiero abrazar mucho (Mansalva, 2020). Su obra integra diversas antologías y colecciones del país y el extranjero. Fue coordinadora del Programa de Artes Visuales en el Centro Cultural Parque de España. Codirigió Yo soy Gilda editora y el proyecto Anuario. Ha recibido, entre otras, la beca de producción artística otorgada por el Ministerio de Asuntos Culturales de Burdeos (Francia) y la beca de perfeccionamiento para entrenamiento en el I.C.P. de la ciudad de Nueva York (EEUU). Colabora en DiarioAR, Anfibia y Revista REA, coeditó Bitácora. Fue consultora estratégica de BIENALSUR-UNTREF. Fue asesora Experta en Análisis de Gestión Cultural, en Presidencia de la Nación (2019-2020). Fue Subsecretaria de Industrias Culturales y Creativas, Municipalidad de Rosario (2015-2018) durante su gestión se llevan adelante 238 proyectos entre los que se destacan el plan de ampliación de la Biblioteca Argentina Dr. Juan Álvarez; la creación de la primera Matriz de Indicadores Culturales de la MR, la Micro Feria, entre otros. Fue Directora Provincial de Comunicación Estratégica, Gobierno de la Provincia de Santa Fe 2018-2019; durante este período destaca el diseño y ejecución del Festival de Pensamiento Contemporáneo, en cooperación con UNSAM, UNR y CFI, lideró el concurso nacional de ampliación del MMBAJB Castagnino junto a entidades nacionales. Es miembro del comité creación Licenciatura de Gestión Cultural – UNR 2018-2019. En el 2021 fue jurado del Salón Nacional de Santa Fe y de la Bienal de Arte en CABA, en el 2022 fue jurado de selección y premiación del Salón Nacional de Rosario. Actualmente está ajustando una novela histórica sobre política en torno al río y está produciendo un proyecto que será exhibido en La Toma.