Tengo afirmada la cuerda desde la que me sostengo agarrado

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Me desvelo. Son las tres de la madrugada, y me siento a escribir. En mi cabeza, el texto viaja perfecto; sin embargo, ahora, a medida que avanza a través del tecleo, luce y se descubre. Se despliega en la luz de la noche que entra.

Alguien en Instagram puso que la entrevista a Cristina en Gelatina fue puro peronismo de CABA. Todos posteamos parte de ese video. Pero, ¿dónde está el peronismo ahora? En este sentido, no paro de pensar que la oposición a Milei la encabezará un radical que viene del futuro. Pero bueno, no importa. ¿Por qué escribo? ¿Para quién lo hago? ¿Por qué tiro máximas entre estas líneas si después pienso todo lo contrario a cuando empecé?

En la cabeza sonaba súper bien, en el bochinche de la noche metálica el pensamiento resonaba. En la cabeza sonaba piola, y es martes a la madrugada, y casi nunca tecleo a esta hora oscura. Casi siempre, de mañana me gusta más, bien mateado.
¿Me volveré a enamorar del justicialismo? ¿Me acordaré? ¿Cómo era? ¿Qué quiero? Mis amigos están preocupados por el peronismo. ¿El partido político de masas? ¿Lo sigue siendo, o es más desvelo que otra cosa?

Parece que es puro pasado. Que es como una imagen en blanco y negro, aunque me duela en el alma escribirlo. Pienso eso. Que todo lo que más amo de la historia de mi país es un archivo de video de YouTube que alguien subió hace años. Y salgo a la calle, y la Argentina es otra cosa.

Los políticos la explican y la explican. Solo eso, y como que vivo a contramano y en soledad dirigencial, que por ahora no me conduce nadie ni me siento representado. Eso no quiere decir que voy a caer en una iglesia evangélica ni católica los domingos, ni a meter mi plata en idiotas esquemas Ponzi, que la filosofía de mi vida sea leer “Padre Rico, Padre Pobre”.

Desde chico, para mí todo es joda. Todavía tengo en la cabeza la voz de mi vieja cuando me veía reírme de todo en este mundo: “Para vos, todo es chacota”.

El otro día escuché decir a Carroza: “Este país, sin Boca, sin Perón y con tres canguros, hubiera sido Australia”. La ocurrente verborragia de las palabras solo nos lleva a reírnos, pero no a pensar. Por ejemplo, Natanson escribió en su última editorial: “(No se puede hablar de déficit fiscal hasta que Cristina dice que se puede hablar de déficit fiscal)”. ¿CFK tiene la razón? ¿Se necesitaba un orden?

Nadie se va a morir, tranquilos. Al fin y al cabo, a partir del todo, no va a pasar absolutamente nada que no tenga que pasar. No pasa nada pase lo que pase. Cada vez que algo me da cringe, pienso que Milei se queda mil años. El grupo de WhatsApp de La Cúneo es fundamentalista en la expresión literaria “Maaamiita”. Un grupo de amigos se junta e inventa un lenguaje propio, eso es increíble. No están nunca más solos.

Mejor me voy a dormir. El texto es flow en mi mente. El texto fluye de fragma en mi hipotálamo, más turro piola con doble pipa, digamos. Suena visceral, cheto, tipo gorra en mi cabeza.

De mi abuela heredé dos cosas: el apellido y la calvicie. Qué vieja que nunca la quiso a mi mamá. Escribo porque hablo, y porque el aire no es gratis. Y porque me gusta, ¿se podrá? Y me lo gané, para eso trabajo, me lo merezco.
Bucólico amanecer que a lo largo del horizonte se pone la línea al pie de la pelota del día, peinado, subrayado, caído. No sé si sigo.

La noche avanza, la madrugada avanza, es la noche que avanza, balanza, justificada, la noche avanza. Ojos rojos Camaro, la noche avanza, ojos rojos, la noche avanza, el sueño no viene, se ausenta, me levanto y escribo, me desvelo y escribo, porque la noche avanza, entrando, porque la noche avanza, porque la noche avanza, entrando, enter, entrando, enter, porque la noche avanza.

La clase media no es peronista de corazón, ese es el problema. De corazón no es nada, la clase media de corazón no es nada, de corazón no es nada la clase media, ese es el gran problema nacional.

Creo que hasta acá estuvo bien. Nos vemos el próximo miércoles.