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Tres vidas

Perfiles breves de personas. Amor, trabajo, arte, deseo, amistad, sueños, viajes, política, guerras, religión, drama, lo alto, lo bajo, vida y muerte.

Claudia 

Apenas entraban sus visitas al pasillo que unía con su casa de calle Feliciano, te analizaba en pocas oraciones alguna innovación literaria del momento. Quedabas al instante enganchado con sus apuntes orales sobre la última novela buena publicada o sobre el último discurso de un dirigente político. 

Cocinaba con ingredientes y condimentos conseguidos en el último viaje por algún país asiático. Contagiaba euforia por el arte de escritura. Sus clases en la universidad eran una fiesta de ideas. Ponía a circular autores abandonados en los sótanos del mercado editorial. 

Siempre que recibía en Paraná a gigantes de la literatura argentina, invitaba a poetas jóvenes a compartir sus textos. Noches de poesía, libros, historias, música y vino.

Prestaba de a tres, cuatro o cinco libros de una porque vivía 24/7 la pasión de leer y pensar. Cuando alguien le decía que jugaba su equipo, ponía el partido en la tele. Alguien revoleaba el nombre de algún clásico del siglo XX y se picaba la charla. 

María

María reza, reza, reza. Mira videos de YouTube y reza, habla con su perra Clara, saca fotos, mira videos y reza. Su departamento da al centro de la cuadra donde desemboca el arroyo La Santiagueña, en el norte de Paraná. Tiene 81 años. Nació en España. 

Antes de llegar a estar rezando, sacar fotos y mirar videos de YouTube en una casa de calle San Luis, en Paraná, María vivió todo esto. 

Es 1943. Jesús y Carmen viajan desde Alicante hasta Puebla de Montalbán, a unos pocos kilómetros de Toledo, en el centro de España. Jesús tenía que hacer un estudio sobre cómo se determinan el sexo de los pollos. En ese viaje, a principios de enero de 1944 nace María. 

En 1960, con sus siete hermanos y sus padres llegan al puerto de Montevideo, con la promesa de una mejora en la economía familiar. A mediados de los sesenta se instalan en Argentina. Viven en pueblos del norte de la provincia de Buenos Aires y después Gualeguay, donde María conoce a Nicolás. Se casan, se van de luna de miel a Buenos Aires. Vuelven a Gualeguay y en 1971 se van a vivir a La Paz. Tienen seis hijos. 

En los años noventa, también en La Paz, se dedica a sacar fotos con una cámara Minolta de rollo en bautismos, casamientos, cumpleaños, actos escolares. Las manda a revelar y hace el reparto de fotos en bici. 

En el 2010, después de quedar viuda, se muda a Paraná, donde vive después de una infinita cantidad de mudanzas a lo largo de 81 años.

Reza horas y horas. Saca fotos con celular. Mira videos de YouTube, reza, mira videos, acomoda pilas de ropa, saca fotos con el celular, le habla a Clara, su perrita, reza, prepara la comida de la noche. Reza. Mira videos. Reza. 81 años. 

Antes, vivió todo eso. 

Nicolás

Tuvo varios trabajos, la radio fue uno de esos. Se levantaba a las cuatro y media de la mañana para afinar los últimos detalles de su columna de noticias del campo. Cerca de las seis de la mañana la luz roja que daba el aire del micrófono en la AM se prendía y empezaba a dar precios de los granos y el ganado. 

Otros de los laburos consistió en trabajar los días que había remates de hacienda. Creció y vivió con un dato: nunca conoció a su padre. Entre principios y mediados de la década del 60, en Gualeguay, conoció una española, María, de la que nunca más se iba a separar. 

En los años ochenta entró a trabajar en la dirección de turismo de la Municipalidad de La Paz. Más de 35 años estuvo con actividades turísticas impulsadas desde el Estado, viajando por provincias argentinas para promocionar la belleza natural paceña. Las únicas dos veces que salió del país fue para ir a Asunción y a Montevideo a estos encuentros de turismo. 

La organización de la Fiesta Nacional de Pesca Variada de Río era otro de los puntos en su calendario laboral. Una vez lo hicieron grabar quince veces una escena de dos minutos para un especial de pesca deportiva para el canal ESPN.  

En los años noventa, otro de los laburos fue conectar desde una oficina llamados entre distintos campos del norte entrerriano. Miraba todos los fin de semanas partidos de tenis y de golf. Era hincha de Racing, pero muy pocas veces vio un partido de fútbol. Escuchaba tango y música clásica. 

> > > La primera entrega de Tres vidas se puede leer acá