S01E28
Un Lannister siempre paga sus deudas. Así que traje cinco kilos de cebollas chicas al trabajo. Me comí el gaste. Cosas del folclore del fútbol, todo bien.
El domingo no trabajé, vi una peli del año 2016, cine nacional. Me casé con un boludo, de Juan Taratuto. Cuando pongo en Google el nombre de la película me salta una film de china del mismo año con un argumento parecido, So i married an anti-fan. Entro al wiki de Me casé con un boludo y en ningún lado dice que es una remake, aunque el argumento es bastante parecido. Raro. Rarisimo.
Bueno no iba al caso lo que quería decir sobre la película. Sino que me gustó mucho una escena. Donde el personaje que hace de escritor, Moreno (Marcelo Subiotto) le dice a Fabián Brando (Adrían Suar) que su mujer se enamoró del personaje y no de él. La película trata de que los dos son actores (uno muy famoso, el otro no) y los juntan en una historia de amor, más allá de la ficción ellos se enamoran en la realidad. Entonces Brando le pide al escritor (que escribió el libro en el que se basa la película) que le de consejos cómo es el personaje ficticio, porque no quiere perder a su mujer en la realidad y el escritor le dice esto :
“A ver, a ver si te puedo ayudar. No tiene intenciones, va por la vida sin necesitar nada, porque tiene las herramientas para generarse lo que quiera. Da sin pedir nada a cambio. Ama sin poseer, esto es importante. Entendió que amar no es poseer al otro como si fuera un objeto. Un tipo que sabe escuchar muy bien a la otra persona. Todo esto, porque se puede dejar de lado algo muy doloroso. Algo que al principio de la vida lo necesita, pero después se vuelve un estorbo. Algo que se llama… -¿El auto?- responde Fabián, -El ego, el ego- le responde el escritor. -Ay, qué boludo”- termina el protagonista.
Vieron cómo algunas frases filosóficas o escenas o versos o fragmentos de canciones te quedan en la cabeza mientras que otros no. Y uno siempre trata de actuar bajo esos mandatos, tipo moldear el cuerpo a través del lenguaje mientras actuamos en sociedad. Pero casi nunca sucede o por lo menos a mí me pasa. Entonces la única que nos queda es buscar nuestras propias definiciones, mientras avanzamos con la vida, lenguetear en el simbolismo que el día a día nos esparce con las personas con las que nos toca mejunjear en este mundo. Nada eso. Quería contarles. Y también eso del ego está muy bueno, algo que te sirve al principio pero después se vuelve un estorbo. Me quedó regulando esa frase. Una vez alguien me dijo que se podía salir a la calle sin ego cuando le dije que no creo en los artistas que no lo tenían. Y uno que va a terapia para levantar el ego. O la autoestima. Bueno confundo conceptos, sepan disculpar, no soy un académico, es mi excusa perfecta para burrear en la escritura.
Además que duela soltar el ego ¿Existirá alguien así? como el que describe el personaje. Alguien sin ego ¿El ego será la energía? ¿Qué es la energía? Lo que hace mover al mundo. Una piedra tiene energía si solo una patada la mueve o la levanta una mano. La palabra energía viene del término griego ἐνέργεια actividad, capacidad para ejercer una fuerza en acción. Los organismo vivos necesitamos energía para poder funcionar. La energía nos las da los alimentos. Entonces el ego no es la energía. Son dos cosas distintas. El maní que estoy comiendo ahora me da energía para que pueda mover mis dedos en el teclado y que pueda escribir seguro con ego. Me gusta esa frase que dice que un ego engordado es un yo enflaquecido o algo así. Bueno basta.
Después quería escribir, qué pesado loco, sobre la película La uruguaya (2022) que vi hace poco. Y acá no voy a usar el transcribeme del WhatsApp porque se me venció la prueba gratis. Tendré que confiar en la memoria. En una parte de esa película de Ana Garcia Blaya, Guerra (Fiorella Bottaioli) le dice a Lucas (Sebastián Arzeno) mientras están sentados mirando el mar o el río, “por qué la gente no se separa, qué hacés vos acá conmigo, tendrías que estar con tu mujer y tu hijo en Buenos Aires”. Lucas le responde “lo que pasa es que hay personas que te despiertan”. No quiero spoilear mucho así que no cuento el contexto de ese diálogo.
No hace falta decir que esa parte me interpelo (odio esta palabra) voy a buscar un sinónimo ahí vengo
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(homenaje al los espacios del silencio en la obsesión del Zela)
No encontré ningún que me guste. Mejor lo escribo como me sale. Algo de ese diálogo que dice la actriz, me lo está diciendo a mí como espectador. Me encanta esa ilusión que solo te llega a través del arte. Yo también me separé casi a los cuarenta años de una relación larguísima y también me pasó algo así, o no tanto, no sé, no quiero spoilear, cosa que pasó y me despertó. Nada más. Con el tiempo lo fui entendiendo ¿Qué es lo que fuiste entendiendo, Julián? De que estaba demasiado cómodo en el amor y que pensabas que era para siempre, sos un boludo.
En terapia hablé el otro día sobre esto. Y la psiquiatra me dio pie a una metáfora sobre el amor, que no sé si está tan buena igual. Hablando sobre las redondas, las pastas, que ayudan en algunos momentos de la vida. Yo le dije capaz que siempre necesité las redondas, la pasta, como dice el noba, pero antes tenía amor. Que eran mis globos, mis redondas, mi pasta. No me da vergüenza contarlo. Antes tenía muchos prejuicios sobre la medicación y eso. Ahora me cabe. Aunque sé que me ayuda más hablar o escribir que la química, es solo un acompañamiento, como un empujón. Además flasheo que me va a ser escribir algo largo y loco como el Gualeguay de Juanele. Una vez alguien me dijo que para él, Juanele, estaba re de pasta, cuando escribió esos dos mil novecientos sesenta y nueve versos, no es humanamente posible semejante viaje líquido barroso y poético si no es a través de la química. Me gustó esa teoría, para mí tiene razón.
Pero volviendo a lo del amor. Como lo que dice @eiomoldsky en uno de sus últimos filosofías en un minuto que habla de eso y que varios compartieron en sus historias. Me metí en un berenjenal igual porque no entiendo mucho. Lo dice muy rápido lo tengo que mirar mil veces, seguro lo hace adrede para que siga corriendo el algoritmo, y pasar más tiempo atrapado en la pantalla, el fin es el medio, capitalismo puro, más view, más dinero, más producción, más dedos, más máquina, movimiento, más energía, más comida, más ego.
Algo que cacho de lo que dice es que uno flashea con la eternidad y el amor. Posta. A mí me pasó y seguro que a muchos. Yo no podía imaginar un mundo sin esa otra persona que me lo completaba. Y la verdad es que esa persona no la vi más o si la cruzo ahora es un extraño y todo bien. Y yo pensaba que no iba a poder, tipo reconstruirme y eso. Pero al final sí. O en eso estoy, que se yo. Ojalá siga así. Toda la culpa la tiene la caída del muro de Berlín o los que nacimos antes de la caída del muro de Berlín donde todavía quedaba un poco o algo de sueño, de esperanza. Qué europeo te volviste, payaso, encima justo ahora que se acaba de morir el filósofo ese, otro que compartieron mucho en redes y que yo ni conocía, Enrique Dussell, que dijo “si una colonia, nación o cultura dependiente intenta seguir la misma ruta europea, nunca llegará a la modernidad, sino a un aumento de su propia miseria y dependencia colonial”. Perdón Quique, es que solo puedo leer a Byung-Chul Han en el mejor de los casos y en el peor mirar los reels del @eiomoldasky que vive citando europeos.
Me fui a la mierda perdón. Me re perdí de lo quería hablar sobre el amor. O esa especie de eternidad que se da a veces cuando te cruzas con alguien por un segundo y decís ¡Guachi Guau! La más famosa es la del Dante con Beatrice que se la cruzó una sola vez en la calle y le escribió los tres tomos de la Divina Comedia. ¿Será verdad eso? Podés parar de citar europeos, cipayo. No, no puedo, perdón. Todavía no rompí con Europa, no me desneuropeicé. Estoy subido a upa en ropa con Europa como un colonizado más que va a cococho en el caballo de Napoleón que Hegel ve cruzar por la ventana. Un paisano de a pie como un opa por Europa.
Otra vez me fui. Dato innecesario pero que me gusta: Beatriz Pontinari nació el mismo día que yo, sos puro ego y números loco, un 20 de junio pero de 1266, una dama que fue idealizada por il máximo poeta laureado, el Dante Alighieri.
Qué tema lo de idealizar el amor, típico de poeta. Soy medio experto en hacer eso. Pero después la caída es atroz. Digo. La caída desde la altura desde la que me caigo cada vez que beatrizo a alguien ¡Qué más da! ¡Ya aprenderé!¡Viva el amor!
Mamá era re celosa de papá y ella decía que si no hay celos no hay amor. Pero una vez hice un curso por spotify de antropología y el profesor decía todo lo contrario. Que el amor era dar, pero dar sólo si el otro quiere recibir. Si el otro no quiere recibir el amor que le doy, me lo estoy comiendo, así decía el profe, es un acto de egoísmo, como comer. El amor son las ganas que tiene el otro de recibir lo que yo, sin egoísmo o sin comida, le puedo dar. Algo así. Siempre me gustó esa definición hermosa sobre el amor. Cómo que la decisión la tiene el otro de eso se trataría amar.
Así que ahora estoy en la dulce espera de las redondas del amor. O no. No sé. Nunca sé lo que quiero. Sí me gusta ver películas de amor y buscar alguna nueva profundidad filosófica sobre el tema. Y como soy poeta también vivo del amor. Y además me re gusta Leo Mattioli, que fue él último trovador juglar argentino.
No sé qué más les puedo contar o escribir. Ah sí! que en la peli Me casé con un boludo, aparece esta canción de Camilo Sexto del año 78 que es de una beldad extrema y que explica mucho mejor cualquier pelotudez que con mi ego pueda llegar a escribir por acá y hacerme el qué, como se decía antes.
¿Capaz me despido así no? Escribiría mucho más, me gusta escribir, lo disfruto, desde chiquito cuando iba a la primaria, sentí una sensación muy placentera una vez que la maestra nos hizo hacer una redacción. Pero fue solo una sensación, tardé tiempo en darme cuenta, más de veinte años, que era lo que quería hacer de por vida. Para lo que había venido a hacer al mundo. Suena cursi y boludo. Ya lo sé.
Bueno creo que hasta acá estuvo
nos vimos el próximo miércoles.