Un poema de Flavia Garione

Intro

Me acuerdo bien del momento en el que escribí ese poema. En el 2018 me había separado de una relación larga y me había mudado sola hace poco tiempo. Tenía pocos muebles, pero me había llevado el tocadiscos, que era de los dos, y en una salida al centro me encontré con una rareza, un disco de finales de los 60 que se llama Poesía argentina de todos los tiempos.

Después de ese disco empecé a coleccionar discos de poesía, que es todo un género de la música popular. Los que leían los poemas eran actores argentinos y los leen como puede leer un actor. Es decir, no leen como poetas, leen del modo grandilocuente, expresivo y sublime. Modos que nunca me gustaron demasiado y me dan un poco de vergüenza. Pero esos días, sola en casa, escuché mucho ese disco.

A mí me gusta mucho Alfredo Alcón. Me sentí acompañada por esos actores y casi todos los poemas que leían eran de poetas hombres. Esa idea de la literatura argentina con mayúsculas también, que hemos un poco heredado en los programas de la facultad, por ejemplo. Aunque ahora por suerte los revisaron y agregaron mujeres, que estaban olvidadísimas o concentradas en la figura de Alfonsina. En el disco está solamente Alfonsina, que logró meterse un poco en esa lista de hombres de la LITERATURA ARGENTINA.

Yo estaba interpelada por el feminismo como ahora, pero ahí, en la época de Macri, estábamos todo el tiempo en la calle. Entonces escuchaba el disco y escribía mi propio poema, contestándole al disco, a los hombres esos, al modo en el que leían los actores. Creo que algo así. 

Un disco que se llama

Un disco que se llama
gritos de la poesía argentina
de todos los tiempos.
En las voces de Alfredo Alcón,
Inda Ledesma, Luis Medina Castro,
con la música original de Carlos Guastavino
interpretada al piano por el autor
¿y en guitarra?
En guitarra por Roberto Lara
que le canta a la poesía de:
Luis de Tejeda
al niño jesus cristo negro,
Manuel José de Lavarden al paraná,
sólo un fragmento,
Juan Cruz Varela,
Esteban Echeverría,
a la cautiva de mi corazón
Hilario Ascasubi,
la puntita del sol
comienza a
los colores de la aurora,
me pongo a cantar
como el ave solitaria
con el cantar se consuela.
Un canto que aclare
mi entendimiento
vengan en mi ayuda
vengan en mi ayuda
la lengua se me anuda
en una ocasión tan ruda.
Yo he visto muchos cantores
con fama bien otenida
cruzar con un barquito
como una paloma blanca.
Juan María Gutierrez
en la endecha del gaucho
también crepúsculo de José Mármol
Carlos Carlos Carlos Carlos Carlos
Carlos Guido Spano y Estanislao del Campo.
Corran tus aguas nuestros versos
Ricardo Rojas romance de ausencias.
La silla que nadie ocupa de Evaristo Carriego
Ezequiel Martínez Estrada,
Ricardo Molinari el aire desdeñoso
desdeñoso desdeñoso desdeñoso desdeñoso
Sigue la lista retablo de fábula
son veinte poetas

son
son veinte cantores
son
veinte poetas diez más diez
veinte es el resultado
de todos los tiempos,
de la alta literatura argentina.
Veinte poetas le cantan a
la literatura nacional.
Las fieras aterradas callan
las fieras aterradas callan
las fieras aterradas callan.
La caída de los hombres cantan
la caída de los hombres cantan
la caída de los hombres cantan
a la infamia.
y una sola mujer
un mujer:
Alfonsina Storni
al fiero amor.
Desde el vientre de mi madre vine,
desde el vientre de mi madre vine
desde adentro
desde el vientre
al mundo
al mundo a cantar.
Cantando me han de encontrar
aunque la tierra se abra
y ya tengo cuando acabar.

(en Se oyen gritos de chicas por las noches, Caleta Olivia, 2019)