Este, que comenzó hace rato,
es sobre la tristeza
pero es también sobre
estar al aire libre
aunque lo cierto es que
quiero hablar de la tristeza
pero también sobre los paros
a los que me adherí
las marchas
a las que falté
y en las que me emborraché
y en las que tuvimos frío.
Hablo de esas
en las que no conseguimos
retroceder una ley,
ni que aprueben otra
ni que nos devuelvan a
……………………… vivo.
Este, que viene de hace rato,
intenta hablar de la tristeza
que me mantiene desvelada
pero también de la vigilia
por la Ley
y de ese beso de esquina
con tanto frío
como tres horas de besos
y de mimos que nos dimos
¿Cuándo fue que
confundimos al enemigo?
La gran ola de chicas
levantaban sus pañuelos
decoradas de verde
que desde el cielo eran
una gran luz de un semáforo
que siempre dice
avance.
Este es sobre eso
y también sobre la tristeza
sin olvidarse de
un presidente que ganó
y nosotres que perdimos.
Es sobre la tristeza más que nada
pero igual tengo espacio para nombrar
toda la tinta usada
para imprimir en las marchas,
el limpiador, las maniguetas,
los yablones y la estopa.
Los papeles, las telas
y las pibas que se estampan en la remera:
hambre, ajuste y represión.
Es sobre la tristeza y la sandía,
una fruta que espere todo el año
y ahora que llega el verano
se ve que por la promesa del dólar
de nuevo la aumentaron.
Este es sobre un sentimiento
que se confunde con otros
como el enojo
pero otra veces se nos olvida
cuando fumamos y bailamos
entre nosotras nos besamos
es lo mejor.
Pero este es sobre la tristeza
que después vuelve
y sobre todas las veces que dije
estoy cansada
y sobre Camila
que el otro día escribió
algo así como
¿Cuándo van a parar
de matar a las travas?
Espero al menos
morir dormida.
Y varias personas comentaron
te abrazo
te abrazo
te abrazo
te abrazo
te abrazo.
Este es sobre la tristeza
pero también sobre
lo lindo que te queda el pelo suelto
y lo dulce que te queda el pelo atado
y de tu pelo sin atar y sin soltar.
Es también sobre cuando jugamos
con una pelota desinflada
azul y dorada
no hacía tanto frío
anocheció
el parque encendió sus luces
y no me quedó otra que
pensar en vos.
Pero es también decir
sobre el fútbol de varones
hoy no siento nada.
Acá está la lluvia
que baja ahora
por el techo de fibra de vidrio
percusionista de esta mañana
en la que me tropiezo en esta casa
con papelitos
donde mi novia
me dejó
mensajitos de amor.
Este sobre
los papelitos, mi novia y su nombre.
La lluvia y los mensajes.
Es sobre las palabras
que decimos
y la poesía que escribimos
en estos días
en que agachamos la cabeza
y sólo nos sale pedir perdón.
Es sobre preguntar y pedir perdón.
Pero es también
sobre una pareja de viejos
que duerme en la esquina
y se multiplican
por toda la ciudad
en la que vivo
como unos evangelistas
que el otro día intentaron
hablarme de Dios.
Es sobre Dios,
la iglesia evangelista
y mi familia que la asiste.
La ciudad en la que vivo
y la ciudad que me crió
de la que siempre extraño
el sonido del viento
pero no su tracción en contra
de mi dirección.
Eso siento,
el viento
pero también
el avance de la derecha,
la precarización de la docencia,
y las veces que alguien duda
que el sexo cuando tan rico
pueda ser amor.
Este es sobre la tristeza
pero también sobre
las cosas bonitas:
las luces de los autos
en los días nublados
y el esfuerzo enorme que hice
para cuidarte
pero no me salió.
Es sobre las cosas que se nos rompen
en las manos.
Nono
es sobre las cosas que rompemos
con las manos
¿Cuando vamos a hacernos cargo
del miedo, del daño y el desamor?
Por eso este es sobre la tristeza
y por eso es largo
porque estoy haciendo tiempo
acá mismo, acá adentro,
trayendo cosas,
llenando todos los huecos
hasta que se me pase
o hasta que me llames
o conozca a otra
o me duerma o me despierte
y se haya terminado
o hayas aparecido vos.
*A modo de intro pero al final: Marie subió este poema leído con su voz como un reel en su cuenta de ig hace unos días. Se lo pedimos para publicarlo en nuestra web. Ella accedió generosa y rápido a enviarlo por mail. Cuando le preguntamos cómo le poníamos de título, ella respondió “yo no le pondría título, creo”. Esperamos disfruten tanto como lo hacemos nosotros, cada vez que Marie decide compartir su enorme escritura.
Marie Gouiric nació en Bahía Blanca, Argentina, en 1985. Es licenciada en la enseñanza de las artes audiovisuales. Acaba de publicar La verdad de la escritura (Komuna editorial, 2023), Publicó la novela De dónde viene la costumbre (Penguin Random House, 2019), finalista del premio Filba-Fundación Medifé. Los libros de poesía Un método del mundo, (Blatt & Ríos 2016), Botafogo, (Eloisa Cartonera 2014) y Tramontina, (Vox 2012). Las plaquetas Decime que se siente, se siente hermoso, (belleza y felicidad 2014) y pensaba que había un paisaje, pero (belleza y felicidad 2014). Participó de la antología 30 a 30 (Editorial Municipal de Rosario 2013) y colaboró en diferentes revistas virtuales e impresas. Actualmente vive en Buenos Aires, integra el colectivo Serigrafistas Queer, coordina talleres de escritura y es docente en escuelas públicas de la ciudad.