A modo de intro queremos compartir con ustedes un poema muy patriótico en defensa de las injusticias que siempre vive el pueblo Argentino. Que nunca se dará por vencido ni en la década del cuarenta del siglo XX ni ahora tampoco en pleno siglo XXI.
16 de Agosto de 1945
Ahora no, como si ahora no le hubiera muerto
a balazos,
como si ahora no, como si ahora hubiera muerto
en la calle,
como si ahora o nunca, como si ahora no,
como si nunca se hubiera sacado el zapato
y lo hubiera tirado contra la gran ventana de Crítica
-la Heroica-
como si ahora no, como si nunca lo hubieran
asesinado el muchacho
los que tiraban desde el séptimo piso de Crítica
ahora no muy la heroica,
como si entonces no lo hubieran,
entonces ahora no asesinado
los comunistas, los fascistas, los comandos,
los fascistas, los comunistas, los fascistas,
los fascistas, los comunistas.
Como si ahora no, no nunca no, nunca no, no
nunca hubiera caído a mi lado
ese día de agosto de 1945,
el muchacho,
como si nunca ni ahora
lo mataron lo mataran los asquerosos fascistas los viejos comunistas,
los viejos patria y libertad,
los honorables cerdos pontificados humanistas
y cristianos,
y la honorable “tendencia”,
toda la mierda santificada, fascista,
comunistas, comunistas, fascistas, comunistas,
occidentales y cristianos, comunistas, fascistas.
A mi poesía nadie le toca la concha,
dijo el lírico Prosser que publicó en La Nación
como si nunca le hubieran tocado la concha a su hermana maestros
en los divanes del Ministerio de Educación,
como si nunca le hubieran metido dos balazos
desde el séptimo piso de Crítica al muchacho,
como si nunca le hubieran tocado la concha
a su madre para que el poeta comiera
(la pobre señora ya vieja y tener que coger por la comida)
Como si nunca, si ahora fuera nunca y
el muchacho no estuviera caído en la
Avenida de mayo al mil trescientos,
como si ahora yo levantara el zapato
y le golpeara en los ojos
y le gritara hijo de puta no ves que todavía
no ha llegado ese día de agosto de 1945,
no ves que el muchacho va a rendir en la
Facultad de Medicina, sí en la Gótica,
como si fuera ahora, el locus criminis, los balcones celestes
……………
como si nunca te hubiera acariciado las tetas en la placita
cuando ligué distinguido sí ligué un distinguido,
como si ahora no tiren hijos de puta
el muchacho se ha sacado el zapato.
Yo te daré, te daré patria hermosa
te daré una cosa una cosa que empieza con P
como si nunca jamás o nunca para siempre
o nunca nunca ahora Perón en los alaridos, en los alaridos
en las balas anteriores al 17 de octubre
como si nunca siempre nunca ahora
te daré patria hermosa
y habían apagado las luces
y los hijos de puta tiraban desde el séptimo piso,
y nosotros detrás de los árboles, la ventana de enfrente
al 1300, y tiraba Liuba Dalmar, mi amiga comunista
de Hungría sentimental y me preguntó si nos habían lastimado
fascistas hijos de puta, comunistas piojosos,
sí, otra vez desde arriba la descarga
la calecita idiota gira y gira fascistas comunistas
comufascistasfascicomunistas, dale al vals del
eterno retorno,
fascistas mis más amados feligreses comunistas
Qué hijos de puta,
a mi poesía no, pero que a mi vieja se la den
si a ella le gusta pensaba el poeta de La Nación
y el caballito pintado levanta la cabeza
y el caballito pintado baja la cabeza,
dale al vals, dale al vals y a la luna de lata
si no si no y sabías que te adoraba ya
como si siempre, como si ahora y nunca más
y siempre la descarga,
como si el zapato del muchacho
no caminara por la calle
vacío…….—
Alfonso Sola González (Argentina, Paraná, 1917- Mendoza, 1975). Poeta y profesor de literatura. Casado con la también poeta y docente Graciela Maturo. Perteneció a la llamada generación del 40, junto a otros destacados autores como Enrique Molina y Olga Orozco. Vivió gran parte de su vida en la ciudad de Mendoza. Entre sus obras figuran: La casa muerta (1940), Elegías de San Miguel (1944), Cantos para el atardecer de una diosa (1954), Tres poemas (1958), Cantos a la noche (1962), El soñador y otros poemas (Póstumo, 1980, incluye: “Plaisenteries antes de dormir”), Obra poética (Biblioteca Nacional Mariano Moreno. 2015).
Poeta del amor, sus criaturas parecen detenidas en un perpetuo éxtasis, y en un tiempo y espacio que no son ciertamente los cotidianos. Toda una mitología vegetal y una aristocrática nomenclatura de lugares y objetos sirven a Sola González para alejar de este mundo el secreto de los amantes, que se citan misteriosamente en moradas inverosímiles, profundas, donde parece respirarse la atmósfera misma de la poesía. (Luis Alberto Ruiz)