Tengo en mis manos un libro de cuentos que cuando lo abro voy buscando un oasis donde nadar, si tu cuerpo se enfría: buscas calor, va bailando mi corazón, siento risa, siento temor, hay un mundo distinto, selva y dolor…
Un dolor paraguayo que se difumina por los diferentes personajes animales, botánicos y humanos de esta serie de relatos, después de haber sido arrasados por un proceso de despojamiento y deforestación: la instalación de empresas extranjeras en el territorio altoparanaense, donde se ambientan estas historias, fisuró la identidad y la mutó. Animales citadinos, humanos selváticos, nativos vistos como exóticos y que asumen comportamientos que se confunden, así como las fronteras en las que viven. Un narrador que observa y describe pero se involucra y cambia de tú a vos, de él a tú. A medio camino entre el periodista, el cronista y el científico que toma nota.
Ex Sylvis fue escrito por el xiru Damián Cabrera -curador, escritor, investigador paraguayo que creció en el Alto Paraná, en la Triple Frontera-, y estaba inédito hasta hace poco, cuando Azogue Libros decide editarlo en nuestro país. Nuestro xiru ya había publicado relatos y novelas por los que obtuvo reconocimientos y traducciones así como participaciones en antologías. Pero éste que tengo en mis manos, como decía, no había visto la luz hasta hace poco. Salvo “Jotopa/Jejuhu”, cuento que desde el guaraní invita a pensar en los encuentros, y fue publicado hace un par de años en el joven diario El Nacional, de Asunción.

El Alto Paraná para la imaginación y la alquimia literaria. El discurso científico de trasfondo en homenaje a aquellos naturalistas y etnólogos, como el anarquista suizo Moisés Santiago Bertoni, quien en 1901 instala su imprenta y editorial “Ex Sylvis”, en plena selva y a orillas del río, para hacer circular sus ensayos sobre la vida de todas las especies en la región.
Ex Sylvis, un título en latín que se traduciría “del bosque”, podríamos decir de la ¡selva! ruido de animales salvajes…
Y que nos pone a todos en posición de curiosidad y de investigación, de clasificar lo que se observa, se siente, se huele en la sylvis, por la sylvis, desde esa sylvis urbana y a la vez botánica, tan anclada en otro siglo como emergente de nuevas voces y otros ámbitos.
Son 19 relatos que nos dejan tambaleando y cada uno, luego del título, contiene una nominación en latín de una especie animal o vegetal, tal como nomenclaban a los organismos vivos aquellos antiguos investigadores. Cada latinismo nos anticipa “algo” de lo que aparecerá en la historia. Con un lápiz saqué flechas y me apunté sus significados, así no pierdo el norte entre la interpretación y la fascinación:
Puma concolor: Puma
Tapirus terrestris: Tapir terrestre
Chorisia Josephinae Bertoni: La corisia -o palo borracho- de Josefina Bertoni
Rhododendron: Azalea
Caiman latirostris: Yacaré overo
Jurumi (guaraní): Myrmecophaga tridactyla: Oso hormiguero gigante o yurumí
Abaporu (guaraní): Homo sapiens sapiens: Hombre moderno, hombre que come carne humana. Y también: Cuadro icónico de la pintora brasileña Tarsila do Amaral
Sida rhombifolia L.: Malva
Cyathea atrovirens: Helecho o chachís
Amazona aestiva: Loro hablador
Sapajus cay parguayanus: Mono caí paraguayo
Araucaria angustifolia: Araucaria o pino misionero
Citrus taitensis: Limón-mandarina
Phantera onca: Yaguareté
Bothrops alternatus: Yarará o víbora venenosa
Jotopa/Jejuhu (guaraní): Encontrarse con alguien/encuentro con uno mismo, o encuentro sorpresivo > Philodendron bipinnatifidum: Filodendro o güembé
Aguara guasu (guaraní): Chrysocyon brachyurus: Aguará guazú
Jagua yvyguy (guaraní): Speothos venaticus: Zorro pitoco o perro de agua
Mazama gouazoubira: Viracho o guazuncho
Así, nos vamos haciendo el dibujo del trasfondo de estas escenas, unas fotos imposibles de olvidar después de la lectura. Historias que, en una sola palabra, por ejemplo, condensan y aglutinan muchas ideas y sentidos.
“Se pasea ahora por la rosa el ysoindy, en el borde de un pétalo donde hay rocío como si fuese un jugo está. Tan bien se ven, cuando anochece, las estrellas, y parece que la luna se desparrama por el suelo, y en las plumas negras que hay en la tierra del rosedal se ve el brillo tóxico del veneno de un tiempo anterior, porque ahora está seco”, describe el autor, en el cuento “Herbario”, a lo que queda en la noche de la desinfección que se hizo en un patio, arrasado por el viento seco, donde hay un jardín de árboles que están como a punto de “entregar el alma” -en uno de sus sentidos-, aunque ysoindy también hace referencia a la luciérnaga, y a la poesía escrita en guaraní.

Hay otro retrato de una familia china en Ciudad del Este, un día de lluvia, al lado de una azalea que se va marchitando, en el cual una madre está feliz porque sabe jugar con el lenguaje pero su hijo está triste, víctima del bullying de dos paraguayos. Juntos confeccionan lámparas de papel para festejar, aunque sea a la distancia, el año nuevo chino en este lado del globo: “Zhang Li-yin la mano de su hijo mira, empuñando las piezas, y de la mano perdida de su esposo se acuerda: mecánico en un astillero de Taipéi. Y sabe ya Marcelo, conoce de antemano la historia, sabe que viene a su encuentro si no se dispone a trabajar. Y trabaja con su mano, con su madre, mientras escucha la historia de todos modos y bufa, y llora, por su mano, por la mano amputada de su padre, mecánico en un astillero de Taipéi, ahora comerciante, llora por su moretón”. El fragmento forma parte del cuento “Linternas”.
“La prosa de Cabrera deviene un río caudaloso que arrastra las ramas de otros lenguajes”, dice Mara Rodríguez en la contratapa, donde repasa otras tramas que emanan de estas historias.
Hay un mundo distinto y es de barro, cemento, frutos y ramas literarias. Como el que se encontró el periodista y escritor Rafael Barrett, a principios del siglo 20, y el que floreció para toda América gracias a Augusto Roa Bastos.
A las lectoras y los lectores curiosos: conviene leer todo el paratexto para entrar en esta jungla. A los demás: no se pierdan, y no se la pierdan.
Ficha
Ex Sylvis / Damián Cabrera
Primera edición
Paraná: Azogue Libros, 2025. Cuentos.
Imagen de portada: Mónica Millán
@azoguelibros