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¿Sirve de algo una interna? Siempre y cuando el que no gana se suma al proyecto que no fue elegido democráticamente. Pero es difícil en el mundo de ahora. De ahora y capaz que hace siglos. Desde que Maquiavelo dijo divide y reinarás, o fue César, en la mente de los líderes populares quedó incrustado esa sentencia. Esa frase pasó a ser un mandamiento que cargan desde la modernidad, el patrón por exelencia para la conducción rosquera.
Pero y si no es así. O al dividir solo conquistás a tu electorado pero no vas más de ahí. Y en el fondo qué importancia tendría si los dramones de la gente siguen estando y profundizándose.
¿Y qué tal si volvemos a Aristóteles? Lo cito a a través de Byung-Chul Han de su libro Topología de la violencia
“La política, según Aristóteles, se dirige al gobierno de la ciudad (polis), que nació a causa de las necesidades de la vida, pero subsiste para el vivir bien (eu zen). Parte esencial de la política son el derecho y la justicia (dikaion). Funcionan como mediación y se ocupan de que la vida en común sea feliz, de la maximización del interés público. La ciudad es mucho más que una figura de poder y de dominación. El punto fuerte de la política aristotélica es que no apunta a la dominación, pero el objetivo de la polis es la autonomía (autarkeia). La gente se reúne y crea una comunidad porque, aislada, sufre una falta.”
Si pensamos en la biología y toda la teoría evolutiva. Me gusta pensar que esos cruces entre Neandertal, Homo sapiens y Australopithecus fueron más de amistad que de conflicto lo que nos permitió ser lo que hoy somos.
Para mí nos paramos en dos patas, para decirlo vulgarmente, con la ayuda de otro ser vivo. Para mí se dio así como en este video que me aparece en ig.
Cuando el Homo sapiens agarró un palo del piso para usarlo como bastón y no para dominar al otro, es que pudo por fin evolucionar. Sobre todo porque esto último le habrá costado mucho más tiempo de comprenderlo. El comienzo de la vida no es como la que nos muestra Odisea 2001 de Kubrick con esos monos haciendo una guerra. Para mí evolucionamos cuando superamos la violencia y nos volvemos amigos.
Tomar en cuenta al otro, ayudarlo y trabajar a la par lleva a las ideas de la mente a su prime. El que se enoja pierde, como se dice por ahí. Es más inteligente darse cuenta que muchas veces uno se equivoca en un discusión. Y que no todo el mambo es ganar una pelea para dominar. Creo que ese mundo ya pasó. Los pibes de ahora nos están mostrando otras subjetividades, otras sensibilidades.
Tengo en la cabeza esa imagen de Rosas y Alberdi cuando se encuentran en Southampton, Inglaterra toman mate y se ponen a hablar amistosamente dos tipos que se habían enfrentado toda la vida políticamente. Tienen esa charla pensando juntos la Argentina.
Sucedió lo mismo en esa interna, aunque mucho más violenta, entre los Montoneros y la burocracia sindical dentro del peronismo de los años 70’. Los jóvenes contra los viejos.
¿Quiénes serán los jóvenes y quiénes los viejos en esta interna del peronismo entre Axel y Cristina?¿Es una lucha de poder o es una interna ideológica?¿Una parte del peronismo se dio cuenta que la sociedad necesita un revival menemista o un consenso con la burguesía empresarial, girar un poco más a la derecha?¿El peronismo siempre fue un movimiento de derecha que se esconde entre la famosa ambivalencia, yinyangiana, de no elegir ninguno de los dos lados de la famosa asamblea francesa de la revolución? Cosas que me pregunto.
Lo único que sé es que nos cuesta muchísimo el consenso. Dejar la razón un poco tirada en el piso, o perdida por ahí. Que siga dando vueltas sola como un rombo testarudo sobre una superficie plana sin avanzar en ninguna dirección.
Es medio romántica mi idea. Faraónica europea imposible. Lo sé. Pero el ejercicio del poder y el amor propio no nos lleva a ningún lado ¿Y si alguna vez fuimos buenos como especie para vincularnos y evolucionar?¿Por qué no se podría volver a repetir?
La política tiene que volver a ser lo que fue. Hacerle la vida más tranquila a la gente para convivir en comunidad. Mientras más alejados estemos de esa idea, más nos va costar vivir a todos. Así de simple. Es difícil llegar a lo simple.
Más que nada porque estamos destrozados. Carrió lo dijo en una entrevista hace poco, lejos estoy del lilitismo, pero ella dijo “La calle está vencida” es muy apropiado el término. Parecería que el pueblo ya ni tiene fuerzas para luchar. Entonces aunque sea que nos queden fuerzas, como calle, para ejercitar más la amistad que la fuerza del poder.
Una pragmática imposible para la vida competitiva que se vive. Pero podemos seguir pensando.
En el mientras tanto. Los de abajo demos el ejemplo. Tratemos de sobrevivir a las disputas palaciegas de los de arriba que nos cagan la vida. Esto también va a pasar. Y cuando pasé tenemos que seguir enteros. El otro no es la competencia ni un rival. La vida comenzó a ser mejor vida cuando nuestros antepasados entendieron esto. De esta salimos juntos o no salimos.
Creo que hasta acá estuvo bien
nos vimos el próximo miércoles.