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No paré de ver reels de Román en IG y Tik Tok todo el finde. Su cruzada contra el macrismo me ilusiona. Pero fue un año de tantas derrotas que ya no sé si tengo tanta fuerza para una nueva esperanza más.
Encima es diciembre. El mes más caótico argentino por excelencia.
Cuando era chico yo le copiaba a Román en todo. Su forma de jugar al fútbol no era muy difícil de imitar. Es la gran diferencia que le encuentro con otros tipos jugadores de fútbol como Messi, Maradona o Ronaldo.
Con Román se da esa máxima de que el verdadero maestro es el que se deja superar por sus alumnos. Algo parecido me pasó a los veinte años cuando empecé a leer a los poetas del 90’. Me decía interiormente yo también puedo escribir así.
Román fundó un movimiento artístico de jugar a la pelota. O mejor dicho lo difundió. Quiero que se entienda bien lo que digo. No va a existir nadie como J. R. Riquelme pero se le puede copiar bastante su estilo de tratar a la bocha. Esa forma litoraleña, pastosa, lagunera, tranquila y sabia de moverse en el campo. Tipo Bochini o jugadores más antiguos a él, que jugaban de esa manera, lenta pero inteligente. Como el Trinche Carlovich. Pero yo solo vi jugar a Román, a los otros no los vi.
Y ahora en su nuevo renacimiento de conductor de masas como líder peronista contra los poderes oscuros del macrismo asqueroso, me saca lo último de la energía emocional que me queda.
Pero fueron tantas las derrotas que sufrimos todos este año que no puedo disfrutarla del todo, me pasa eso. Que todo lo que soñé colectivamente, de manera individual este año, no pudo ser, simplemente eso, no pudo ser.
Román como el último bastión peronista levanta las banderas de los buenos que el movimiento justicialista, ni siquiera entró al pasadizo de la historia, donde todavía está toda esa simbología y todos esos estandartes para mostrarlos a la luz. Aunque sea para agradecer a la militancia, ya sea virtual o presencial, todas las historias que vimos llamando a votar por Massa o esas performances de gente de a pie que se paraba en los bondis o en el subte ♥️ a lo largo y a lo ancho del país.
Román está dándole esperanza al pueblo desde el fútbol. De que todavía se puede. Y que contra la oligarquía es una lucha constante que nunca terminará como una victoria plena. Sino una eterna, emotiva, colectiva y humana resistencia. Que logre al menos un poco frenar su manos manchadas de barro y sangre, parafraseando a Marx.
Creo que es el tema de la semana. O lo que me emocionó a mí. Lo banco tanto a Román, la única crítica que tengo para decirle es que no toque la bombilla mientras ceba mates. Es una violenta imagen que como entrerriano no puedo dejar pasar.
Crecí con un póster de Riquelme gigante pegado en mi habitación adolescente. Era uno especial tamaño real que creo había sacado en una edición especial El Gráfico, Olé o la marca Pepsi, no recuerdo bien. Pero ésa imagen de levantarme todos los días y mirar esa pared y verlo ahí con la remera de Boca difícilmente salga de mi cabeza alguna vez.
No soy socio de Boca. No podría votar, pero lo votaría con las dos manos.
Solo vi un partido de Boca en cancha, en 2003 contra Colón. Perdimos uno a cero, gol de Ismael Blanco. Fui con mi viejo, el que me hizo hincha del club más hermoso del mundo. Nos asustamos mucho porque nos re cagaron a piedrazos desde los monoblocks del Fonavi mientras nos colgaban banderas de riber. Nunca más fui a la cancha. Soy un hincha de Boca de tv o de internet.
Desde anoche no paro de escuchar esta canción, Ángel de los perdedores, del Soldado, del disco Tren de fugitivos, del año 1997.
Román es el último romántico del fútbol y ahora de la política. Nunca nos mintió. Está loco, como él mismo dice de él, pero dice la verdad.
Es el ángel del los perdedores. Ojalá que en las próximas elecciones le venda flores podridas al diablo macrista y se lo lleven en andas, como el romántico o como ángel que es, estandarte de los perdedores. Cosa que el gorila odia y detesta.
Vieron que se da que cada uno interpreta los temas como le sale. Yo lo agarré para otro lado nada que ver, como una bandera optimista de la cruzada Riquelmiana contra macri. Pero al detenerme en el comentario que deja un usuario en YouTube sobre el tema, me hace caer en la cuenta que la canción quizás habla de otro tipo de infierno.
Así que le mando un saludo muy pero muy grande a @patanegra1772 y espero ande bien. Y me sumo a su imploración, pero más como deseo del inconsciente colectivo.
Ojalá no volvamos otra vez a las andadas del librecomercio entreguista y cipayo destruyendo con su veneno, la especulación financiera, a la producción y el trabajo, que siempre fue el remedio a la peronista que encontramos para salir de las crisis periódicas argentinas. Pero bueno disculpen mi desesperanza, lo dudo mucho, lo dudo mucho.
No va a quedar otra que entregarnos a la fuerza ??? para soportar entonces, este infierno ? que se nos viene encima.
Creo que hasta acá estuvo bien
Nos vimos el próximo miércoles.