Siempre le gustaron las cosas simples. Camiseta blanca, bermuda floreada y unas ojotas de la acadé. Es uno más haciendo scrathing por la arena blanca de la playa de Santa Catalina. Tiene varios metros hasta el bar y como persona que ha pasado los 70, cada caminata es una oportunidad de reflexión. Hace unas noches que no duerme, está intranquilo. A pesar del tiempo y la distancia aún se preocupa por lo que dejó, y en manos de quienes. Como cada cuatro años nuevamente tiene esa comezón que no puede rascarse. No la ve, esta vez no la ve y queda poco tiempo.
Un silbatazo lo distrae. Al girar su cabeza ve un morocho marcado, hermoso, entangado, masajeando a una señora de su edad. Sonríe, cierra los ojos y fantasea con un orgasmatron donde sus cables flexibles le traspasen primero el cuero cabelludo, luego el cráneo y finalmente el cerebro. Así podría rascarse la mente, sus ideas, acomodarlas y que den la solución que tanto busca.
―Hola Flaco, ¿Otra vez no dormiste?
―Hola, Alfredo tenés la bragueta abierta. Hace cuánto nos conocemos, sabés como soy.
―Pero relájate, es problema de ellos. Mirá donde estamos: minas, arena y mar. No es
Pinamar pero qué más querés, boludo.
―Ya no estoy para estos trotes. Las noticias que me llegan no son buenas. Están perdidos,
no sé cómo ayudar.
Alfredo asiente con la cabeza en señal de compresión y camina junto a él. Está claro que el Flaco está más nervioso que en 2019 y no sabe cómo ayudarlo. Solo atina a distraerlo con temas aleatorios como que la sensación térmica sería de unos 45º, o que la asociación de fútbol mexicana echó a Cocca como director técnico de la selección de aquel país.
El bar los recibe con un par de parroquianos y una televisión sintonizada en un noticiero local. Al verlos el Barman abre sus brazos y con una sonrisa les dicen:
―Señor Yabrán que alegría. ¿Lo de siempre?
Alfredo le guiña el ojo y le devuelve la sonrisa. Tanto él como el Flaco clavan sus codos en
la barra mientras le sirven un Martini seco como en su mejor época de jet set. En cambio al Flaco le sirven una cerveza con unos maníes.
La mirada silenciosa y pérdida del Flaco en la cerveza logra que Alfredo se apiade. Mientras muerde con las muelas una aceituna, palmea al Flaco y le dice por lo bajo:
―¿Qué te acordás de cuando nos presentó el Carlo?
―Algo típico de los 90: minas, merca y vos cagándote de risa con un whisky en la mano.
―¿Sabés qué me acuerdo yo? Un Flaco escuálido, tuerto, que venía del sur. Pero eso era solo la superficie, porque después de hablar solo unos minutos con vos me di cuenta. Eras distinto, resaltabas de los demás. No eras el sobabolas del Lole, por ejemplo. Querías aportar, que todos ganemos. Lo único que no entendimos en ese momento es que ese todo incluía a la gente también, jajaja.
―¿A qué querés llegar Alfredo?
―Quiero llegar a que vos ya hiciste lo que querías, ya cumpliste. Ganaron todos. Vos, tu familia y la gente. Después cuando llegó el momento, chau picho, a tomar por culo. Ahora que se arreglen.
Último momento. Ahora pasamos a Argentina. El oficialismo en un giro inesperado acaba de anunciar la fórmula Sergio Massa – Agustín Rossi como los precandidatos a presidente para las elecciones intermedias que se llevarán a cabo en el mes de agosto.
El Flaco al escuchar esto se agarra la cabeza y pide otra cerveza, mientras Alfredo a las carcajadas revolea su Martini por los aires.
―Vamos, Flaco, esto es para festejar. Un Sergio presidente, el Carlo estaría contento.
*Gonzalo R. Vega: Santo Tomé (Santa Fe, Argentina), 1984. Lic. en Diseño por la UNL y Téc. en Producción editorial por la UNER. Poeta y librero. Fundador y co-editor de Yerba ediciones y Corteza ediciones. Forma parte de Pay Zumé, antología de escritores santotomesinos (Corteza, 2014), A la espera del pique (Colección dos poemas, Ediciones arroyo, 2018), Antología Federal de Poesía – región del centro- (Consejo Federal de Inversiones, 2018), La ambición lo es todo en verano (Automágica ediciones, 2020), Festín Mutante, 10 años 100 poemas (Mutante, 2020) y Diccionario enciclopédico de las cosas que nos gustan (Libros silvestres, 2022). Ha sido invitado a festivales entre los cuales se encuentra el Festival Internacional de Poesía de Rosario en 2018. Ha dado talleres y charlas sobre fanzines y edición de libros. Junto a amigues lleva adelante el clan poético La Chochan.